20 remedios naturales para prevenir resfriado y gripe
Pensar que es inevitable coger gripe o resfriado, sobre todo al llegar el otoño, es una idea errónea. El hecho que pueda circular el virus de la gripe o que se produzcan cambios de temperaturas estacionales no implica que tengamos que caer enfermos.
Los climas fríos simplemente son más favorables para estos virus y, por este motivo, proliferan más.
Si nuestro sistema inmunitario es fuerte es muy improbable que tengamos resfriado o gripe (u otras enfermedades obviamente). Y más aún si tenemos cierto cuidado en cuanto a nuestra higiene y seguimos una dieta saludable.
El resfriado y la gripe son infecciones víricas del tracto respiratorio.
El resfriado tiene una duración entre 5 y 15 días. Los síntomas generalmente empiezan a remitir de forma natural a partir del séptimo o décimo día.
Los síntomas del resfriado suelen ser más leves que los síntomas de la gripe, aunque pueden derivar en patologías más graves como sinusitis u otitis.
Por lo general, la gripe puede aparecer en forma repentina, o puede anteceder o bien presentarse después de haber contraído un resfriado. También puede degenerar en bronquitis, pulmonía u otras patologías más graves.
Se calcula que un adulto contrae resfriado un promedio de 2 veces al año. Los niños lo pueden padecer con más frecuencia, debido a que su sistema inmunitario no está del todo desarrollado contra muchos virus de esa clase.
¿Cómo prevenir gripe y resfriado?
Es importante fortalecer el sistema inmunitario, ingerir vitaminas y minerales necesarios y cuidar la flora intestinal y, en general, mantener un estilo de vida saludable. Además, es igual de importante cuidar de nuestras emociones, las cuales pueden causar resfriado y gripe.
Remedios preventivos y curativos:
- Vitamina A – favorece la curación de las membranas mucosas inflamadas y fortalece el sistema inmunológico (presente en zanahoria, col rizada, brócoli, espinacas, calabaza, berza, guisantes, albaricoques, mango etc.).
- Carotenoides – antioxidantes y precursores de la vitamina A (se encuentra en espárragos, remolacha, brócoli, zanahoria, maíz, calabaza, pimientos verdes, col rizada, nabo, nectarinas, melocotones, pomelo rosado, mandarinas, mangos, tomates, sandía, melón etc.).
- Vitamina C – combate los virus que produce el resfriado (presente en guindillas verdes y rojas, pimientos, col verde, brócoli, coliflor, col lombarda, kiwi, papaya, cítricos, piña, tomillo, perejil, albaca, romero etc.).
- Vitamina E – mantiene el sistema inmunitario fuerte frente a virus y bacterias y es un antioxidante (presente en aceites vegetales como el de germen de trigo y el de linaza, brócoli, pistachos, nueces, almendras, semillas de girasol etc.).
- Zinc – estimula el sistema inmunológico y reduce los síntomas del resfriado (se encuentra en ostras, salmón, cangrejo, garbanzos, frijol blanco, linaza, arroz integral, germen de trigo, semilla de calabaza etc.) Nota: evitar pastillas que contengan ácido cítrico, sorbitol y monitol porque inhiben su absorción.
- Cobre – es un antioxidante, participa en el mantenimiento del sistema inmune e incrementa la producción de energía en las células (se encuentra en cereales integrales, legumbres, frutos secos, soja y derivados, cacao, aguacate etc.).
- Selenio – incrementa la actividad bactericida y la respuesta de los anticuerpos frente a las infecciones (se encuentra en huevos, pescados, mariscos, avena, arroz integral, lentejas, garbanzos).
- Aloe – es antiviral, anti-bacteriano, alcalinizante, analgésica, anti anémica, antiasmática, desintoxicante; fortalece el sistema inmunológico (la puedes tomar en forma de jugo, inhalándola o bien con zumo de limón, miel y eucalipto).
- Ajo – gracias a su contenido de alicina (antibiótico natural) estimula el sistema inmunológico y aumenta la efectividad de los glóbulos blancos (se encuentra también en cebolla y puerro). Para obtener sus beneficios hay que machacar el ajo y consumirlo en seguida y en crudo.
- Hongos – maitake, shiitake y reishi tienen propiedades antivirales y estimulantes del sistema inmune.
- Equinácea – estimula la producción de células T e interferón (proteína que estimula el sistema inmunológico). Favorece la internalización de los cuerpos extraños por las células inmunes para retirarlos de la circulación y aumenta la capacidad de las células inmunitarias para ir al sitio de la infección; disminuye la fiebre, la mucosidad y la tos. Se puede tomar extracto seco y fluido, cápsulas, tintura e infusión. Incluso para uso tópico encontramos lociones, cremas y apósitos.
- Propolis – es un antibiótico natural de amplio espectro, incrementa las defensas, es antiinflamatorio, antibacteriano, inmunomodulador, antioxidante y anestésico (se puede tomar en comprimidos, cápsulas, extractos, tinturas, jarabes)
- Ginseng americano – puede proporcionar una mejora inmunitaria a los que son susceptibles de padecer resfriados. La ingesta de ginseng, en combinación con el tratamiento con antibióticos naturales, podría ser más eficaz contra las bacterias que un tratamiento con sólo antibióticos químicos (evitar en caso de problemas de hipertensión arterial).
- Hidratación – es muy importante porque previene la sequedad de la nariz y de la garganta y ayuda a secretar toxinas. El agua por supuesto debe ser la principal fuente de hidratación (los 8 vasos al día deberían consumirse siempre); y también caldos vegetales y licuados son muy beneficiosos.
- Dieta – como regla general para mantener un cuerpo sano, es crucial eliminar de la dieta todos los alimentos procesados, las harinas refinadas, limitar al máximo o mejor aún eliminar el azúcar, las grasas saturadas e hidrogenadas, la comida precocinada, los alimentos ricos de aditivos y conservantes, reducir drásticamente el consumo de lácteos y carnes. Y, por supuesto, tratar de dejar el tabaco y reducir o eliminar el consumo de alcohol.
- Ejercicio físico – el ejercicio provoca cambios en anticuerpos y glóbulos blancos (las células del sistema inmunitario que combaten las enfermedades). Estos anticuerpos y glóbulos blancos circulan más rápidamente, así que pueden detectar enfermedades con más rapidez de lo que podrían haberlo hecho antes. La elevación breve de la temperatura corporal durante e inmediatamente después del ejercicio puede impedir el crecimiento bacteriano. Esta elevación en la temperatura puede ayudar al cuerpo a combatir una infección de una manera más efectiva. El ejercicio disminuye la secreción de hormonas relacionadas con el estrés. Todo esto es valido en caso de practicar ejercicio de forma regular y cuando no sea especialmente intenso, sin excederse.
- Control del estrés – el estrés es una de las fuentes más poderosas que debilitan el sistema inmunitario. Frente a un factor estresor el sistema inmunitario se activa centrando todos sus recursos hacia algún peligro para el cual, instintivamente, el cerebro se prepara a huir o atacar.
- Descanso – La privación del sueño hace que el sistema inmunológico entre en acción, generando la misma respuesta frente al estrés. Distintas investigaciones han relacionado las alteraciones del ciclo del sueño con el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes y la hipertensión; y que la pérdida de sueño crónica es un factor de riesgo para su deterioro.
- Higiene – lavarse las manos con frecuencia; taparse la boca y la nariz con un pañuelo de papel al estornudar o toser y tirarlo a la basura; mantener los ambientes limpios y ventilados para el recambio del aire; evitar los besos y contacto muy cercano, así como compartir vasos, cubiertos y otros objetos que hayan podido estar en contacto con saliva o secreciones.
- Probióticos – nuestro organismo está colonizado por varios cientos de especies bacterianas que llegan a contabilizar un número diez veces superior al de las células que constituyen nuestro organismo. La mayor concentración de bacterias en el cuerpo humano se encuentra en los intestinos y forma nuestra flora. La flora intestinal garantiza: el correcto funcionamiento del sistema inmune; el equilibrio entre las especies bacterianas que la conforman; una digestión correcta y la absorción y síntesis de muchos nutrientes. Es la barrera que impide el desarrollo de otros tipos de bacterias que podrían producir infecciones e inhiben el desarrollo de algunos virus.
Otros suplementos aconsejables:
Multinutriente (vitaminas y minerales); Vitamina B Complex; Extracto de semillas de pomelo.
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Fuentes: P. A. Balch “Recetas nutritivas que curan”, Avery – 2009 (NY); Mapfre.es; Equinacea.es; Muscleblog.es; Msssi.gob.es
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Imágenes: Freepik.es
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Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach
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