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Los sindromes de la nueva era: la filofobia. ¿Quieres saber qué es?

En las últimas décadas ha habido una proliferación de síndromes de toda clase. Parece que haya una necesidad impelente de etiquetar cualquier estado de la persona y convencerla que alguna enfermedad física o mental tiene, ha tenido o tendrá en el futuro. Y así inducir a la fuerza en la sociedad la idea que ¡vivimos en una sociedad enferma!

Veo tantísimas personas ocupadas todo el día no solo en buscar la pastilla mágica para solucionar una dolencia o bien un estado emocional determinado, sino más bien buscando en internet o en las consultas ‘el nombre’ de lo que le pasa y la cura instantánea. Y pasan los días hablando y enumerando sus dolencias o problemas con quien sea que se crucen, buscando otros que tengan o hayan tenido los mismos síntomas.

Es como un buscar por un lado la enfermedad a toda costa y por otro (que va de lo mismo) la respuesta que necesitamos escuchar.

¡Parece que necesitamos estar mal para sentirnos bien!

Evidentemente no me refiero a personas que están padeciendo una enfermedad importante sea física o mental ni a las personas hipocondriacas por ejemplo. Hablo de personas como tu o como yo que conducimos una vida normal, que vivimos fases donde nos sentimos mejor o peor, lidiando con los acontecimientos o problemas que nos reserva el paso de los días.

Ultimamente, tanto a nivel profesional como personal, escucho a menudo hablar de filofobia. Y me asombro…

¿Qué es la filofobia?

La filofobia se describe como el miedo a enamorarse o bien a amar a otra persona. Los síntomas que se pueden presentar son:

  • – latido del corazón acelerado o irregular,
  • – dificultad para respirar,
  • – sudoración,
  • – nausea,
  • – ataque de pánico,
  • – desordenes gastro-intestinales

Esta sensaciones se presentan al estar en contacto con otra persona para la cual se nutre un sentimiento (amor, amistad, familiaridad). La reacción inmediata es la evitación y el consecuente rechazo de ese sentimiento y el alejamiento.

Aunque el factor desencadenante sea un sentimiento de cariño, cercanía o amor, la evitación y el rechazo pueden degenerar en soledad, depresión u otras manías o fobias.

Como cualquier tipo de fobia, la origen es un trauma vivido de forma directa o indirecta y que no ha sido atendido ni entendido en el momento en que se produjo. Al presentarse la mínima señal que el cerebro interpreta como parecida al trauma vivido, la reacción será de cierre. El rechazo es hasta anticipado al acontecimiento. Solo pensar de poder encontrarse en una situación que podría generar el problema, hace que el cerebro cumpla con su rol de garante de la supervivencia e inhiba cualquier acción ‘peligrosa’. Es decir, ‘me defiendo por si acaso’.

Neurosis que desemboca en fobia

Quizás sería más apropiado hablar de neurosis que desencadena una fobia concreta.

Cualquier proceso neurótico nos lleva a crear o involucrarnos en situaciones a veces paradójicas que reafirmen (o agrande) nuestro bloqueo o miedo.

Es decir, el filofóbico muy probablemente se acercará a personas que de alguna manera son inalcanzables; o bien cuya personalidad no le es afín y por lo tanto la criticarán y juzgarán. En ambos casos la realidad demostrará que hay que ser filofóbico si o si, porque nunca va a salir bien una relación, nunca va a ser posible encontrar la persona ideal, no hay nadie que pueda comprenderle y complementarle.

Como siempre nos hacemos victima de una idea para justificar vivir en el miedo y no enfrentarnos a la causa del problema. Esto se traduce en huir de la felicidad para hundirse en algo que es totalmente antitético a lo que realmente nuestro corazón anhela.

Los que hace nada se les llamaba personas que tenían miedo al compromiso, ahora se les llama filofóbicos ya que tienen reacciones físicas y emocionales más fuertes.

La cultura del miedo: aparentar para no ser

La cultura occidental siempre ha sido ‘la cultura del miedo’. A ello se han ido añadiendo con el tiempo otros devastadores elementos: las prisas y el aparentar.

Hoy en día le tenemos miedo hasta al aire que respiramos, por si nos puede hacer daño o engañar.

Corremos por todas partes para conseguir esto o lo otro pero no tenemos tiempo para vivir.

Nos desvivimos por encontrar personas con las que compartir, pero huimos de las relaciones por si sufrimos.

Descuidamos y maltratamos nuestro cuerpo con hábitos insanos y buscamos la pastilla milagrosa que lo solucione todo.

La cultura de hoy en día nos empuja al consumo y a caber en moldes gracias a los cuales podemos aparentar lo que no somos e igualarnos a modelos que no tienen nada que ver con nosotros.

Es un bombardeo constante, consciente e inconsciente que nos manipula y nos somete al punto de perder de vista quienes somos. Esta avalancha nos aplasta tanto que podemos llegar a odiarnos, a transformar nuestra imagen, nuestra vida, nuestras relaciones, nuestra salud con tal de responder a un modelo impuesto por la sociedad y absolutamente vacío.

Y ese mismo vacío entra en nuestras venas y no hay quien pueda con ello. Y hace que vayamos apuntando en ese gran libro nuevas síndromes y fobias.

La cultura nos sofoca…

Nuestra cultura se ha convertido en algo implacable, que apunta a sofocar lo que sentimos y a no hagamos casos a las señales…

Un ibuprofeno no cura el dolor de espalda, solo hace que el cerebro no te haga notar el dolor. La acidez de estomago no se cura con una pastilla que sofoca los síntomas. La filofobia no se cura huyendo de los sentimientos o del miedo a ser rechazados.

Nuestra cultura, si le damos pie y no tomamos la rienda de nuestra vida, nos lleva a ser inmune a las emociones, a las dolencias, a los problemas, a nosotros mismos.

¿De verdad así se puede ser felices?

El verdadero reto en esta vida es ser uno mismo pase lo que pase, te digan lo que te digan.

¿Cuál es la cura?

El miedo no se cura con la evitación ni con el control. Hay que enfrentarse a el y asumir que las cosas puede que no salgan como esperamos. Y aceptarlo.

Pregúntate: ¿Si no tuviera miedo, qué haría? A ver que sale…

Encuentra tus herramientas y recursos que te ayuden a superar los bloqueos. Estás en este mundo para experimentar todo tipo de emoción, vivir, amar y ser feliz.

No te creas todo lo que te cuentan, no dejes que te manipulen y déjate ayudar si ves que sol@ no puedes.

Este mundo es MUCHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISIMO más lindo de lo que pretenden hacernos creer. Pero ¡muy mucho más! Y es lleno de Amor.

Hay espacio para todos y oportunidades para todos. Solo puede que tu camino haya sido o esté siendo más lento o más difícil que el de otros.

Sigue confiando, cabeza alta y enfréntate a lo que te da miedo. Es la única vía y no es para tanto, ¡ya verás! Y sobre todo: no dejes de amar ni de dejarte amar…

~

Imágenes: Pixabay.com; IStockphoto.com

Autora: Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach

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