¿Cómo se forma la grasa? ¿Y porqué es tan difícil eliminarla? [Parte I]
La grasa corporal se forma a través de la acumulación de lípidos (compuestos orgánicos) en el tejido muscular y en el tejido adiposo del cuerpo. El cuerpo sintetiza los lípidos a través de la digestión y metabolización de los azucares, y los distribuye en las distintas partes del cuerpo, allí donde es necesario.
El tejido adiposo que se forma en nuestro cuerpo se puede concebir como un ‘banco de alimentos’ que proporciona energía y que, si se utiliza (o si se almacena), ni se oxida ni se daña.
La comida que el cuerpo recibe viene desagregada en todos sus elementos los cuales se reparten en nuestras células. Una vez las funciones vitales del metabolismo estén cubiertas, si hay un excedente de alimento, las células lo transforman en grasa y lo guardan en forma de energía para necesidades futuras.
Por estas razones la grasa es un elemento necesario para nuestro metabolismo.
¿Qué pasa cuando comemos en exceso?
La distribución de la grasa se ejecuta según prioridades y por lo tanto, hay una parte de esta que se considera esencial y que va directa a los órganos, a la medula ósea, a los músculos, al sistema nervioso central (y a los órganos reproductivos de la mujer).
La grasa no esencial acumulada se almacena para ser distribuida a través de un complejo proceso neuroquímico en:
- cerebro
- vísceras
- músculos trabajados
- músculos en reposo
- sistema inmunológico
Así que, tenemos claras 4 cosas fundamentales:
- la grasa es necesaria para nuestros procesos vitales;
- la grasa debe ser almacenada en forma de energía para necesidades futuras;
- el cuerpo prefiere no perder grasa porque es su fuente de energía;
- el excedente de grasa se queda almacenada pero, sin no se utiliza en el medio-largo plazo, se puede dañar y estancar.
Si el cuerpo obtiene energía de la grasa, lo último que soltará será justamente grasa. Por esta razón es tan fácil acumularla y tan difícil perderla.
Cuando las células del tejido adiposo reciben alimento en exceso, para evitar que éste se oxide y las dañe, lo transforman en grasa y lo almacenan. Este proceso puede implicar que se incremente el número de células y/o que las mismas se dividan y se depositen en más zonas.
En origen, cuando el hombre necesitaba cazar para alimentarse, almacenar el excedente significaba garantizar la supervivencia. La acumulación del exceso es pues nada más que una forma del cuerpo de protegerse y de protegernos.
Hoy en día nuestras circunstancias han cambiado. No necesitamos sobrealimentarnos por si mañana o pasado nos va mal la caza…
¿Cuándo la grasa se convierte en un problema para la salud?
Lógicamente cuando la grasa almacenada no se utiliza y por lo tanto se acumula y se puede dañar y oxidar, causando un sin fin de problemas de salud.
Cuando haces la compra, habrá alimentos frescos y de consumo inmediato; otros alimentos de consumo ‘pospuesto’ y que puedes guardar en la nevera para los días a seguir; y alimentos no perecederos que guardarás en la despensa para consumo futuro.
Digamos que, a parte los alimentos de consumo inmediato, el resto no son estrictamente necesarios para tu supervivencia. Pero, aún así, los guardas y los almacenas pensando necesitar consumirlos más adelante.
¿Y qué pasa con aquellos alimentos que no consumes cuando toca o después del tiempo limite para su correcta conservación? Que se pudren o se oxidan y ya no cubren su función. Si los guardaras, estropearían tu nevera o tu despensa, podrían producir bacterias, desprender un olor muy desagradable y una larga serie de consecuencias negativas tanto a nivel higiénico como, obviamente, de salud.
Este mismo proceso se produce dentro de nuestro cuerpo.
Tenemos esta irrefrenable manía de almacenar de todo por el terror de quedarnos sin recursos. Y esto pasa también con la comida.
Con la comida hay un agravante porque la misma no solo tiene una función vital siendo combustible del cuerpo, sino también una función emocional.
La utilizamos para intentar cubrir necesidades que, de otra forma en nuestra vida diaria, no logramos satisfacer. Y escondemos detrás de cada bocado aquello que no hemos podido resolver, expresándonos. El cumulo de grasa, en este caso, se convierte pues en una barrera de protección frente al mundo. Pero con el paso del tiempo ésta acaba encarcelándonos y sofocándonos por dentro y por fuera.
La semana que viene analizaremos los diferentes tipos de grasa, sus funciones y las estrategias para eliminar los excesos.
!Seguimos¡
~
Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach
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2 Comentarios
Gabriel
Hola gracias por compartir la informacion sobre la grasa I II III, solo tengo una duda ¿Existe manera de leerlos de manera offline?
Saludos nos leemos
Sanate.info
Buenas tardes Gabriel, gracias por tu comentario! Cuando te suscribes al blog normalmente recibes cada articulo por mail en el momento en que se publica. No sabría indicarte otra forma de acceder off-line. Muchas gracias por estar y por compartir!!! Un abrazo 😉