El Azúcar: el enemigo publico de nuestra era

El azúcar de mesa o la sacarosa no aportan nutriente alguno, solo calorías vacías.

La idea que se nos induce a diario de que el cuerpo humano lo necesita es una gran mentira. Una gran manipulación por la cual se arrastra el consumidor a depender de esta industria, provocando el empeoramiento de su salud psico-físico-emocional.

Lo que el cuerpo necesita es GLUCOSA.

Cuando se demonizan los hidratos de carbono y se predica que, para un dieta saludable o bien para una dieta hipocalórica, hay que reducirlos drásticamente, vuelve a ser una manipulación.

Nuestro cuerpo necesita azucares para obtener energía.

¿Entonces cuáles y cuántos necesitamos ingerir?

Los hidratos de carbono

Recordemos que los hidratos de carbono se distinguen en complejos y simples.

Los primeros se digieren lentamente, proporcionan energía pero evitan que los niveles de azúcar en la sangre se disparen. A este grupo pertenecen pues legumbres, cereales, tubérculos y algunas hortalizas. Son ricos en enzimas, vitaminas, minerales, oligoelementos, proteínas etc.. El cuerpo los metaboliza y los convierte en glucosa.

Los segundos son de fácil absorción, entran en el torrente sanguíneo muy rápidamente y nos proporcionan energía inmediata. Lactosa y sacarosa pertenecen a este grupo de hidratos así como la fruta (sobre todo si licuada o exprimida ya que pierde su fibra) y la miel, por ejemplo.

El azúcar refinado

El azúcar refinado es el extracto puro de azúcar que se obtiene de la caña de azúcar o de la remolacha y que conocemos como sacarosa.

De el se obtienen también subproductos como la melaza, que se utiliza para el alcohol y la alimentación del ganado.

El azúcar refinado, debido a su procesamiento, pierde todas sus vitaminas y minerales. Para metabolizarlo el cuerpo necesita hacer un esfuerzo utilizando y consumiendo vitaminas (sobre todo las del grupo B) y minerales. Por tanto esto le causará un déficit mayor cuanto mayor sea el consumo de azúcar.

Las calorías del azúcar por esta razón se definen como vacías. ¡No aportar nada sino que restan recursos!

Todo producto industrial o procesado se compone de azúcar refinado. Este no es el único mal. Junto al azúcar añadido en distintas formas y elementos (jarabes, edulcorantes etc.), se le suman las grasas saturadas o hidrogenadas.

Evidentemente hay situaciones o circunstancias donde nuestro cuerpo necesita energía inmediata. Por ejemplo después de un esfuerzo físico (una carrera, una competición deportiva, un trabajo especialmente intenso a nivel físico o mental). O bien frente a un estado de malestar que haya debilitado nuestra energía.

En estos casos es necesario ayudar el cuerpo para que reciba rápidamente el primer empujón para empezar a recuperarse.

Ahora bien, ¿crees que tumbad@ en el sofá mirando un partido de futbol o algún culebrón de salsa rosa o bien jugando con la Play Station, tu cuerpo necesita un chute de azucares para recuperarse de inmediato? ¿Recuperarse de qué?

Si haces el gran esfuerzo de levantarte y coger un bollo, galletas, un trozo de pastel junto con un zumo procesado o una coca cola, tendrás un subidón de energía. Y al poco tiempo lo necesitarás otra vez porque te habrás alimentado (por definirlo de alguna manera) pero no te habrás nutrido.

Además, si te pasas con este tipo de azucares, acto seguido el cuerpo te pedirá comida salada para compensar el exceso que se ha generado en la sangre.

El azúcar no solo es uno de los causante principales de enfermedades como la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovascular. Sus efectos dañinos pueden ser más profundos y sutiles y provocar muchos otros problemas a corto, medio y largo plazo. Entre ellos a nivel físico:

  • ulceras estomacales
  • ensanchamiento de hígado
  • insuficiencia renal
  • cáncer de páncreas
  • gota
  • alzhéimer
  • esquizofrenia
  • demencia
  • trastornos del sistema nervioso
  • problemas de densidad en los huesos (crecimiento en longitud únicamente)

A nivel psico-emocional:

  • fatiga
  • nerviosismo
  • falta de concentración
  • falta de memoria
  • dolor de cabeza
  • sueño prolongado
  • introversión
  • indecisión
  • pasividad
  • actitud negativa
  • depresión
  • miedo
  • emociones incontroladas
  • propensión a accidentes

No menos grave es el efecto acidificante que tiene el azúcar en la sangre. Un ambiente ácido en el cuerpo se traduce en un ambiente enfermo o propenso a la enfermedad porque la sangre, las células y los órganos vitales viven en un entorno hostil. Para que entiendas, es como si en lugar de respirar aire puro respiráramos gas tóxico que nos mata lentamente.

¿Cuánto azúcar necesita el cuerpo diariamente?

Hoy en día el consumo de azúcar en la población representa el 25% de las calorías que ingiere cuando la ingesta diaria deberías ser de un 5% en total (25gr al día, para entendernos).

Si ese 25% fuese azúcar natural no sería tan grave. Pero no es así. Se trata mayoritariamente de azúcar refinado proveniente de comida procesada.

Muchísimos alimentos no solo contienen azúcar sino más bien jarabe de glucosa, edulcorante de maíz, jarabe de malta, melaza, dextrosa. Varios de ellos pueden estar presentes en el mismo producto al mismo tiempo.

Hay muchos alimentos que contienen azúcar añadido y que a lo mejor no sabías. Por ejemplo:

todo tipo de salsas, el pan de molde, comida precocinada, yogur 0%, agua con sabores, crema de vinagre, galletas saladas, productos en conserva, embutidos, sushi, pizzas congeladas, arroz blanco, salsa de soja, lácteos de sabores y muchos más. Sería una lista para nunca acabar. Es decir, el azúcar no solo está presente en los alimentos de sabor dulce.

Por lo tanto, comamos lo que comamos, ingerimos una cantidad de azúcar muy por encima de nuestras necesidades orgánicas y encima ¡sin ser conscientes!

Los intentos de encubrir los efectos devastadores del azúcar en nuestra salud son innumerables y desde hace muchos años.

La industria del azúcar al igual que las tantas que producen y comercializan – a conciencia – todo tipo de producto dañino para nuestra salud, ejercen un poder inimaginable en nuestra sociedad. Manipulan los medios de comunicación para que muevan la atención sobre otros productos dañinos como las grasas saturadas.

Multinacionales como Coca Cola o Nestlé, para citar solo algunas de las tantas, pagaron millones de dólares para que estudios científicos e investigaciones sobre los efectos dañinos del azúcar no se difundiesen.

Te invito a leer las etiquetas de los productos que compras, investigar la composición de los alimentos que usualmente consumas. Otro hábito interesante es comparar los efectos de alimentos azucarados de forma artificial y los hidratos complejos tras su ingestión repetida. ¿Qué te sienta mejor? ¿Cuán energetic@ te sientes en un caso y en el otro? ¿Te es fácil concentrarte? ¿Cómo duermes? ¿Te sientes estable emocionalmente?

El primer paso para el cambio es la toma de conciencia. No se trata de ser drásticos y eliminar por completo determinados alimentos de nuestra dieta o nunca más darnos algunos caprichos. Esto no funcionaría tampoco.

Se trata de alimentarse de forma consciente, aprender a escuchar el cuerpo y sostener sus procesos con alimentos que realmente le sirvan.

Está en tus manos elegir cómo quieres sentirte.

~

Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach

 

6 comentarios en “El Azúcar: el enemigo publico de nuestra era”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Sanate
error: Content is protected !!