Nutrición

¿Sabías que la digestión empieza en los ojos? ¡Descubre por qué!

Según la fisiología médica, entre el 40% y el 60% del proceso digestivo se lleva al cabo antes de que el alimento llegue a la boca.

Puede decirse que la digestión en su primera fase es un proceso ante todo mental. Y es que la visión del alimento y su olor estimulan de por sí la secreción de jugos digestivos adecuados. Es por eso por lo que resulta del todo desaconsejable ponerse a comer viendo la televisión, trabajando en el ordenador o leyendo el periódico. Vamos, haciendo otras actividades que distraigan la mente del simple y sagrado acto del comer, lo cual provoca que la digestión se resienta.

Según el profesor Jorge Pérez Calvo, la salud es como la capacidad para adaptarse al medio que nos rodea. Cuando un ser vivo dispone de esta capacidad, sobrevive.

Entonces, ¿qué hacemos para adaptarnos a nuestro entorno? ¡¡¡Pues nos lo comemos!!! Y así nos convertimos en el entorno mismo, nos integramos y armonizamos con el. Es por este motivo que se recomienda consumir alimentos provenientes del cultivo del territorio en cual uno se encuentra o reside, sino también productos de la temporada en curso.

Imagen: Pixabay.com
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Esto garantiza la perfecta armonización con el entorno en el que nos encontramos y genera las bases para que podamos gozar de un buen estado de salud (junto con otros factores, obviamente). Para adaptar ese entorno a nuestro cuerpo, necesitamos desmenuzarlo en partículas biológicas elementales para que puedan ser asimiladas por el. El organismo por lo tanto atomiza el medio – el alimento – y lo transforma en materia corporal y en energía y, para hacerlo, se sirve del sistema digestivo. Es éste quien desmenuza las proteínas en aminoácidos, los hidratos de carbono en glucosa, fructosa o galactosa, las grasas y los aceites en ácidos grasos y glicerol. Así mismo, mediante el sistema digestivo nuestro organismo absorbe directamente agua, vitaminas y minerales.

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Imagen: Pixabay.com

Esta atomización es posible gracias a las enzimas y secreciones (acidez/alcalinidad), la actividad peristáltica que permite que la comida se vaya moviendo descendiendo a los intestinos (actúa como un látigo), la absorción intestinal. Este último es un proceso asimilativo y no digestivo, el cual es nada más que la capacidad de del organismo para absorber nutrientes y fluidos, nutrir la sangre, llevar a cabo la combustión celular y, así, disponer de la energía necesaria para que podamos seguir con vida.

Podemos entonces comprender también cuánto es importante la masticación, ya que facilita el proceso digestivo. De hecho gracias a la masticación el alimento se desmenuza y se mezcla con la saliva, cuyo PH y enzimas favorecen la secreción ácida en el estomago y, por ende, la digestión. El alimento por lo tanto transita de un medio alcalino que es la boca a un medio ácido que es el estomago.

Normalmente la comida debe masticarse entre 15 y 50 veces según la capacidad digestiva de cada persona (cuanta más, menos veces). Si digerimos bien y rápidamente, nuestro organismo podrá destinar energía a todo el cuerpo y resto de órganos en lugar que centrarla toda en el estomago. Hay que destacar también lo que a lo mejor pocos saben, y es que la masticación adecuada produce un masaje en el cráneo que ayuda el funcionamiento cerebral.

De hecho cuanta  más atención ponemos en la masticación, más despiertos y receptivos nos sentiremos después de comer, aprovechando al máximo la energía.

Imagen: Pixabay.com
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La correcta absorción de los nutrientes es fundamental para la formación de la flora intestinal la cual tiene dos funciones fundamentales: contribuir a la digestión y asimilación de algunos de los nutrientes que comemos; sintetizar algunas vitaminas que necesitamos (como la vitamina K o la vitamina B12). La flora intestinal procede tanto del organismo como de los alimentos que consumimos. Para entender aún mejor la importancia de su papel, cabe recordar que las heces se componen por una tercera parte por fibra procedente de la alimentación, otro tercio con células del intestino, el tercio restante es flora intestinal. Una vez que la mayor parte de los nutrientes son absorbidos por el organismo en el intestino delgado, los desechos pasan al intestino grueso donde, todavía, el organismo va a absorber minerales y líquidos. El resta será conducido por el colon y el recto hasta su expulsión.

Así que recordemos que nuestra digestión primero empieza en los ojos y cuanto más atención y cuidado dedicamos a las comidas, cuanta más calidad tienen los alimentos que elegimos, cuanto más saludables sean las combinaciones de los mismos en cada comida, mejor será nuestro proceso digestivo y con el nuestra energía vital y nuestra salud.

Fuente: «Nutrición energética y Salud», Jorge Pérez Calvo Soler (cap.3, pag.89)

Imagen destacada: Google.com

Revisiones y aportaciones: Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach

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