Remedios naturales

Aceite Esencial de Árbol del té: propiedades y beneficios

El Aceite Esencial del Árbol del Te (o de Melaleuca) tiene múltiples propiedades beneficiosas para nuestra salud. Es un potente antibacteriano, antiviral, fungicida, purificador de la piel, cicatrizante, repelente de insectos, regulador de la hipersecreción sebácea, altamente regenerador, desodorante e higienizante natural.

Este aceite se obtiene de la cocción al vapor de las hojas y de la corteza del árbol del té.

Según el producto que adquieras, intenta siempre preferir el aceite puro o bien el extracto puro y posiblemente en su versión ecológica.

Utilízalo preferentemente diluyendo sus gotas en agua, sobre todo antes de aplicarlo directamente en la piel. No lo ingieras porque su uso es solo por vía tópica.

Este aceite actúa favorablemente en casos de:

  • Acné y granos;
  • Psoriasis, dermatitis, piel atópica;
  • Pequeñas heridas, excoriaciones e irritaciones de la piel;
  • Hongos en las uñas de los pies y pie de atleta;
  • Herpes labial;
  • Encías inflamadas y aftas;
  • Verrugas;
  • Hemorroides;
  • Picaduras de insectos;
  • Quemaduras leves de la piel, también las causadas por el sol;
  • Piel inflamada tras la depilación o el afeitado.

Otros usos y beneficios

  • Alivia los dolores de gargantas, la tos, la sinusitis y los síntomas de resfriados, gripe y bronquitis
  • Reduce los dolores musculares, las molestias causadas por la artritis y/o los reumatismos
  • Fortalece el cabello y favorece su crecimiento
  • Limpia el cuero cabelludo en presencia de caspa, reduciendo su formación
  • Favorece la eliminación de los piojos
  • Es un buen desmaquillante (diluido en agua)
  • Ayuda a eliminar parásitos y bacterias de nuestras mascotas
  • Es un limpiador ecológico para el hogar y también puedes ser utilizar para desinfectar y perfumar la ropa durante los lavados en la lavadora.

¿Sabias que?

Este aceite se extrae de las hojas de un pequeño árbol australiano, la Melaleuca Alternifolia.

Fue el capitán inglés James Cook a darle este nombre en 1770, cuando descubrió que los aborígenes lo utilizaban en infusión para aliviar la tos y el dolor de garganta, y para curar heridas, picaduras de insectos, quemaduras u otras infecciones de la piel.

Pero fue solo en 1920 cuando Dr. Arthur Penfold, químico australiano, tras el estudio de las hojas del árbol del té y de sus propiedades antisépticas, permitió su reconocimiento como remedio natural para el tratamiento y la prevención de las infecciones por heridas.

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Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach

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