Pareja y relaciones

¿Cómo funciona el pensamiento masculino?

Hombres y mujeres somos diferentes e intentar de forma patéticamente desesperada ser iguales es como pretender parar el viento.

Una cosa es la igualdad de derechos por la cual siempre hay que luchar, independientemente de nuestro género, raza y religión. Otra cosa es querer considerarse iguales en cuanto a nuestra naturaleza – femenina/masculina. Es importante precisarlo.

Las diferencias entre ambos sexos son importantes y aceptarlas sin critica ni juicio cambiaría radicalmente nuestras relaciones. El mundo funcionaría y se desarrollaría de una forma completamente diferente.

¿Cómo interpreta una mujer la mentalidad masculina?

Expectativas

El primer error que puede cometer una mujer es crear en su mente la expectativa que un hombre piensa como ella. Y al ver que la realidad de él es otra, decepcionarse o, peor, culparle por ello.

Existe una tendencia humana muy marcada que hace que actuemos y hablemos según lo que funciona para nosotros. Pero esto no se traduce en que eso mismo que está bien para mi funcione igual de bien para ti.

Y esto no solo aplica entre hombres y mujeres sino entre personas. Es un principio básico que hay que recordar constantemente.

Sentimientos y sueños

Alison Armstrong¹, educadora y escritora estadounidense, dedica su vida a ayudar a las personas a comprenderse y mejorar su forma de relacionarse. Especialmente hombres y mujeres.

» Un problema común es que las mujeres piensan que los hombres están aislados de sus sentimientos. En realidad, los sentimientos de los hombres están literalmente en un lugar diferente en sus cuerpos. Las mujeres se sienten felices en el medio de su pecho, como una vibración de felicidad. Un hombre, cuando se siente feliz, es su parte superior del pecho y los hombros y el cuello que se llenan de energía. Pero cuando pregunto a los hombres <<¿Dónde sientes la felicidad?>> Se ven desconcertados. ¡De hecho prestan más atención a que las mujeres sean felices que a sí mismos ser felices!«

La gran diferencia está en que las mujeres tomamos más decisiones en el amor. Desde allí todo es más claro y más sencillo como: «si te amo y me amas, deberíamos casarnos o vivir juntos«. Sin más vueltas.

Para un hombre la ecuación es bastante diferente, «que él ame a una mujer es solo uno de muchos factores. Para él lo más importantes es si la relación encaja con la vida que él imagina para sí mismo, sus objetivos. Como él no espera que ella renuncie a su vida para mezclarse con la suya, esto puede ser muy importante. Los hombres escuchan con atención lo que las mujeres expresan sobre sus sueños y lo que quieren, y piensan: «¿Podría dárselo a ella? ¿Quiero darle eso a ella?» Es posible que los hombres quieran que cumplamos nuestros sueños, pero que no quieran ser la persona que esté allí cuando lo hagamos

Esta explicación de Alison Armstrong me parece magistral porque es justo donde muchas mujeres construyen castillos de sufrimientos suspendidos en el vacío más absoluto.

El hecho de no compartir con un hombre – paso a paso – un proyecto puede ser desesperante para una mujer. Puede asociarlo a una falta de amor y compromiso del hombre hacia ella y hacia la relación.

Evidentemente en muchos casos lo es, pero lo que quiero destacar no es el hecho en sí, sino más bien las diferentes bases en las cuales se mueven pensamientos y necesidades masculinas.

Y que lo que importa no es el proyecto sino el camino compartido.

El multi-tasking

Piensa también en esto. Es notorio que una mujer es capaz de hacer diferentes cosas a la vez. Con la consecuencia que su tendencia será no estar centrando su atención al 100% en nada en concreto, sino más bien en distribuirla en distintos centros de interés o acciones.

Para el hombre las cosas no funcionan así. Él centra su atención en un resultado a la vez y se compromete sólo con este resultado, enfocándose completamente en ello. Si no logra el objetivo marcado, la frustración puede ser muy grande.

Una mujer vive la misma situación de forma diferente. Tiene una capacidad de reacción más inmediata a la hora de encontrar recursos y soluciones.

Relación e interpretación

Alison Armstrong hace un ejemplo muy claro: «Un hombre y una mujer tienen una cita. Él está centrado en lograr llegar al restaurante para que puedan tener una buena cena, y ella piensa que él no está hablando con ella porque no le gusta. Y eso no es cierto en absoluto. ¡Solo está tratando de asegurarse de tener una buena velada! Una vez que lleguen al restaurante, él estará listo para hablar.» 

¿Pero cuál será el estado de ánimo de la mujer en ese momento?…. Pues ya sabes…

La idea de relación romántica también es muy diferente para un hombre que para una mujer.

El hombre busca feminidad para equilibrar su masculinidad. Necesita encontrar esas cualidades que no encuentra en si mismo o en sus amigos. No hay que negar que busca alguien que se preocupe por él, alguien a quien le importe y que le preste atención. Un hombre recibe un consuelo incomparable cuando siente que una mujer cree en él. Si una mujer le transmite que cree en él y que puede hacer algo, el hombre se sentirá capaz de hacerlo, se sentirá más valiente.

Aceptación

En el fondo un hombre no deja de buscar esa lealtad tan fuerte que puede llegar a tener con un amigo.

«Cuando un hombre se compromete con una persona, él compra todo el paquete. Si alguien critica a su amigo, dice: «Así es como es». Él acepta esa amistad o socio de negocios o esposa o novia de todas las formas en que ella es, o de todas las formas en que ella no lo es

Las mujeres no sentimos lo mismo de entrada. Aceptamos por fases, por tramos, por situaciones, por partes. Y lo que no aceptamos pretendemos cambiarlo.

Y allí reside otro error. No se trata de cambiar al otro según nuestra idea. Más bien se trata de decidir hasta que punto estamos dispuestas a meternos en un molde donde coexista una realidad diferente a la nuestra. Trabajar la armonía y aprender de la diversidad. Y querer construir algo con ello, tal y como es.

Este trabajo no es fácil e implica tomar conciencia de si ese molde es el correcto o bien necesitamos uno diferente.

¡Intentar cambiar al otro no cambia el molde!

La critica

Una mujer encaja mejor una crítica. Activa su multipantalla y busca múltiples soluciones a raíz de lo que escucha. A través de la crítica es posible de hecho que cambie.

Un hombre no tiene multipantalla ni se plantea utilizar una. La crítica le hace sentir no aceptado y le aleja. Por tanto la crítica para un hombre tiene un efecto diferente. Le hace pensar que debe distanciarse, ser menos generoso e involucrarse menos.

Cuando una persona cambia, no cambia sola. El cambio, en el fondo, no es algo personal. Nunca viene solo. Siempre es el resultado de un proceso compartido que produce una chispa dentro de cada uno. Tiene efecto y resonancia interior en todas las personas que han participado directa o indirectamente, consciente o inconscientemente en el proceso.

Éxito y realización personal

Otro mito muy consolidado en los últimos años es que los hombres hoy en día rehúyen o bien le tienen miedo a las mujeres exitosas.

El problema no es el éxito. El problema es la actitud que hay detrás, esa actitud que expresa una mujer como a decir ‘para qué necesito un hombre‘.

Siendo el pensamiento del hombre bastante linear y lógico, dirá: ¿para qué me tendría que acercar a ella o buscar una relación romántica si no me necesita? Y si es que decida acercarse, lo hará por otros motivos, probablemente mucho menos profundos pero no por esto inválidos o criticables.

Por supuesto la mujer no tiene ninguna culpa por querer tener éxito, ser independiente y sentir que no necesita nada para lograr sus objetivos.

Al final atraemos lo que transmitimos.

Habría que ser – tod@s – lo suficientemente valientes como para hacer el ejercicio diario de preguntarnos qué es lo que estamos transmitiendo como para que nos ocurra una u otra cosa.

Al contrario solemos quejarnos o victimizarnos buscando porqué nos ha pasado eso o lo otro, porqué nos han tratado de una manera u otra, porqué acabamos con personas que nos hacen esto u lo otro.

La alegría

Una de las necesidades básicas e imprescindibles que un hombre busca es que la mujer responda a su alegría. Le encanta verla sonreír, compartir juego y diversión.

La mujer tiende a tomarse las cosas con más seriedad.

Fíjate en las familias en la playa. Entre padre y madre, quien acaba haciendo castillos de arena con los niños o darse chapuzones con ellos? El padre. Y quien acaba gritando ‘cuidado’ ‘no vayas por allí’ ‘sal del agua’ ‘es hora de comer’? La madre. Es como un vigilante de la playa y de todo el perímetro alrededor.

Esto porque una mujer estará pendiente de múltiples detalles a la vez, responsabilizándose de todos y cada uno de ellos. El hombre está en la playa, hay arena, hay olas, hay niños. El pensamiento lógico, la acción consecuente y el foco solo se centrarán en una cosa a la vez: jugar.

Generalizo nuevamente. Como dicho antes, no te fijes en los hechos en si sino mas bien en la diferente forma en que el pensamiento se desarrolla en cada una de las dos partes.

La evolución

Aunque seguimos moviéndonos en mundo cuya matriz cultural es el machismo y mucho trabajo queda aún por hacer, es esencial no caer en el error de cargar al hombre el peso de siglos embebidos de esa cultura.

Hay que recordar que nadie es mejor que nadie y que, en este caso, el hombre también tiene características y capacidades que una mujer no conoce ni posee y que necesita para evolucionar.

Por esto se nos ha creado, diferentes. Para ser socios en esta vida.

O contigo o sin ti es una de las tonterías más grandes que he escuchado en mi vida.

Nunca andamos solos por la vida. Y tampoco podemos mentirnos y decir que no necesitamos el sexo opuesto.

Nos necesitamos todos, seamos del género que seamos, nos guste o nos atraiga quien sea. No hay nada ni nadie en este mundo que no tenga una función, un lugar y una misión. No existiría evolución si no fuera así.

Observémonos y aceptémonos. Una vez hecho, miremos lo que pasa…

~

[1. Más info sobre Alison Armstrong: Understandmen.com]

Imágenes – Freepik.es

Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach


	

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