Nutrición

¿Las solanáceas son realmente dañinas?

Las solanáceas son una familia de plantas, algunas de las cuales comestibles, presentes en nuestra alimentación diaria. El tomate, la berenjena, la patata y el pimiento (se incluye también pimentón y pimiento de cayena, jalapeños, habaneros por ej.), pertenecen a esta familia de más de 2000 especies.

Pero, ¿porqué pueden ser dañinas para nuestro organismo?

Los efectos prejudiciales asociados a las solanáceas dependen principalmente de 3 elementos que las componen: solanina, histamina y calcitriol.

Estos componentes pueden causar o agravar estados inflamatorios, principalmente en sujetos que ya padecen algún trastorno inmunológico o bien alguna patología o enfermedad o estados crónicos de inflamación.

Analicemos estos 3 componentes.

Solanina

Es una toxina natural de las plantas usada como pesticida o fungicida para defenderse contra insectos, hongos y otros animales. La dosis tóxica para el ser humano es de 25mg; la dosis letal es de 400mg.

Por ejemplo, en el caso de los tomates, la solanina está presente en los tallos, en las hojas y en los frutos cuando aún están verdes.

A medida que maduran, la cantidad de solanina disminuye considerablemente hasta casi desaparecer cuando el tomate es cocinado.

En el caso de las patatas vale el mismo criterio: cuanto más maduras menos solanina. Si la patata por ejemplo recibe golpes, como mecanismo de defensa sintetizará más glucoalcaloides (grupo de compuestos químicos a los que pertenece la solanina). El mismo proceso se activará cuando la patata germina o se oxida y adquiere ese color verde; o bien cuando está expuesta a la luz y a la humedad.

En cuanto a las berenjenas, un método para reducir la presencia de la solanina (que hace que tenga ese sabor algo amargo) es cortarlas y espolvorearlas con sal de cocina, dejándolas reposar hasta un máximo de 2 horas. Pasado este tiempo se pueden escurrir y cocinar.

Berenjenas y patatas contienen más cantidades de solanina que las demás verduras o frutas y ésta se encuentra principalmente en la piel y debajo de ella.

En los pimientos la solanina se encuentra en las pipas (semillas) que, normalmente, no se comen. Es preferible no comerlos crudos.

La solanina, en cantidades excesivas, altera la membrana de las células del tracto digestivo, lo cual puede causar problemas relacionados con el colon irritable, la permeabilidad intestinal y, en general, cualquier otro trastorno inflamatorio que afecta nuestro intestino.

Además, la solanina inhibe – por un proceso bioquímico interno – un neurotransmisor responsable de la contracción y relajación musculares, lo cual puede provocar rigidez y dolores musculares, debilidad y espasmos.

Su toxicidad hiperactiva el sistema inmune, provocando pues un empeoramiento de los trastornos y enfermedades autoinmunes.

Histamina

La histamina es una molécula derivada de un aminoácido esencial, la histidina, y sus funciones principales son, en síntesis: enviar señales entre las células, modulador la respuesta inmune, celular y de las reacciones de hipersensibilidad.

Si la histamina no se sintetiza correctamente y no se degrada, tiende a acumularse en el organismo, causando síntomas diversos como: congestión nasal, asma, picor, migrañas, dolores menstruales, sofocos, colon irritable entre otras.

Al contrario de la solanina, la histamina es resistente a la cocción, por lo tanto no se elimina de esta forma. Además, una manipulación de los alimentos que la contienen carente de higiene, así como el cambio de temperaturas y ph, causan la formación o incremento de histamina.

Calcitriol

Es la forma activa de vitamina D que se produce en los riñones. Su función es permitir la absorción del calcio contenido en los alimentos que ingerimos a través de los intestinos.

Las personas que padecen hipercalcemia – un exceso de calcio en sangre – no deberían consumir alimentos que contienen calcitriol. Cuando se produce un exceso de calcio en nuestro organismo, este se deposita en nuestro tendones, ligamentos, cartílagos, piel y , en general, en nuestros tejidos blandos. Como resultado, se generará inflamación en estos tejidos y en nuestro cuerpo, lo cual causa: calcificaciones especialmente en los riñones; dolores articulares y rigidez muscular; enfermedades coronarias entre otras.

Conclusiones

La intoxicación causada por estas sustancias suele manifestarse principalmente a traves de desórdenes gastrointestinales y neurológicos.

En personas que, como dicho, ya sufren estados inflamatorios crónicos, ingerir alimentos que contengan estas sustancias no favorece el proceso de curación o estabilización de la inflamación. Al contrario, puede agravarlo.

En personas sanas las cantidades de estas sustancias deberían ser elevadas para causar toxicidad en el organismo.

Por lo tanto, no hay que alarmarse en estos casos ni eliminar estos alimentos de nuestras dietas, salvo no necesitemos sanar estados inflamatorios pasajeros.

Es importante tener el correcto cuidado a la hora di ingerir estos alimentos, preservando su integridad a través de un correcto proceso de higiene, conservación y preparación del alimento antes de consumirlo.

En sujetos especialmente sensibles a padecer estados inflamatorios, es mejor no consumir solanáceas a diario ni los diferentes tipos todos  en el mismo día.

Simplemente aplicar el sentido común a la hora de alimentarse de forma equilibrada y variada y aprender a escuchar el cuerpo. Si después de desayunar/comer/cenar notas hinchazón, gases, dolor, acidez, ardor, distensión abdominal, picores en la piel (por ejemplo), pues analiza qué acabas de comer y cuáles han sido tus comidas de los días anteriores.

¿Te alimentaste bien? ¿Hay algún alimento que cada vez que lo comes no acaba de sentarte bien? Son algunas de las reflexiones que sugiero que hagas.

Los estados inflamatorios no se producen de repente, son más bien el resultado de un proceso en el que convergen distintos factores. Y los principales son la alimentación y el estrés.

La desinflamación tampoco es un proceso rápido si no se cuidan de forma atenta y, en muchos casos, rigurosa los dos elementos arriba mencionados: la dieta y la salud de nuestros pensamientos.

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Consulta siempre tu medico o nutricionista y haz las pruebas adecuadas antes de llegar a cualquier conclusión o eliminar de tu dieta determinados alimentos.

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Vittoria Verí Doldo ~ Health Coach

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