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Cómo solucionar el sesgo de la negatividad [Parte II]

En el post anterior te hablaba de la negatividad y de cómo nos afecta en todos los niveles: físico, mental, emocional, bioquímico y espiritual.

No es tan sencillo darse cuenta de cuánto, cómo y cuándo nuestra mente se sumerge completamente en el sesgo negativo, pero con la practica y la auto-observación se consigue.

El cambio es absolutamente posible y es menos complicado de lo que podría parecer.

Vamos a ver cómo se puede detectar si tenemos un el sesgo de la negatividad.

Como concepto general, un sesgo es la forma en que distorsionamos nuestra interpretación y/o evaluación sobre algo por un prejuicio o una idea preconcebida.

El mapa mental de cada persona presenta sesgos diferentes siempre y cuando está condicionada por conceptos preexistentes y no necesariamente conectados entre sí con vínculos lógicos o válidos.

¿Cómo se si tengo el sesgo de la negatividad?

Si tu respuesta frente a cualquier cosa que ocurre, que piensas, que se te comenta, sobre todo si se trata de algo que está fuera de tus esquemas o de lo que tenías planeado, es negativa, pues ya tienes una primera señal clara.

Si, en general, sueles dar más importancia a aspectos negativos con respecto a casi cualquier cosa que vives, sientes, piensas o se te comenta, pues también tienes otra clara señal de tu sesgo de la negatividad.

Básicamente es esta tu herramienta de detección.

Cuando estamos muy sumergid@s en el sesgo de la negatividad, no somos consciente de que nuestra reacción a todo es negativa. Porque pensamos que esa es la realidad correcta.

Pero, si prestamos mucha atención en nuestra forma de pensar e interpretar las cosas, si tomamos notas, pues, de nuestras reacciones y respuestas, y si nos hacemos ayudar por las personas más cercanas, tendremos más ayuda para tomar conciencia de ello.

Una vez empecemos a ser conscientes de nuestra actitud negativa frente a la vida, el foco del trabajo que tendremos que llevar al cabo es elegir lo positivo en lugar y antes de lo negativo. Para hacerlo necesitaremos:

  1. Reconfigurar la mente en cuanto a cómo interpreta la vida (cambiar el pensamiento automático negativo).
  2. Filtrar la información que recibimos.
  3. Rodearnos de personas positivas.
  4. Practicar actividades que nos ayudan a calmar la mente y generan endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina (los neurotransmisores de la felicidad, así llamados).

En cuanto al primer paso, cada vez que nuestra interpretación de algo es negativa, nos centraremos en elegir mínimo 3 respuestas y/o reacciones positivas con respecto a una misma situación/pensamientos. Al hacerlo, evaluaremos como nos hace sentir cada una, tanto la negativa como las positivas.

Es diferente decir: »aunque hoy haya sol, mañana va a llover todo el día»; o bien: »hoy hace sol y mañana lloverá».

En el primer caso, no se da importancia alguna al hecho que hoy haga sol y que sea un buen día, sino que la atención está en el mañana y en que será un ‘largo día gris de lluvia’. En el segundo caso, simplemente observamos el presente y tomamos conciencia de lo que puede pasar, sin cargar con ningún tipo de negatividad. No pasa nada si llueve y, en cualquier caso, hoy hace buen día.

¿Se entiende?

En cuanto al segundo paso, es verdaderamente importante filtrar la información que nos llega desde el exterior, (sobre todo de los medios de comunicación porque es 100% negativa) cuando es negativa, ya que pesa poderosamente en nuestro estado de animo y en la calidad de nuestros pensamientos.

Si cada día estoy sujeto a noticias negativas, inevitablemente mi mente adquirirá el sesgo negativo, porque el input que se incrusta dentro es que todo va mal y que no hay soluciones o éstas son casi imposibles.

El tercer paso es super importante también. Si tenemos a nuestro alrededor personas negativas y tóxicas, en nuestro entorno más cercano, pues cargaremos con su negatividad, aunque no sea nuestra. Es inevitable, la acabaremos absorbiendo como esponjas.

Piensa una cosa. Cuando ves y escuchas personas reír y reír mucho, acabas haciéndolo tu también, pese a no tener ni idea del motivo. Es algo muy contagioso.

Pues pasa lo mismo con la negatividad, pero con la diferencia que su coste emocional es mucho más potente y difícil de enraizar, revertir y subsanar.

Ultimo paso, tan fácil como imprescindible: elegir actividades que te hagan estar bien y dedicarle tiempo. Dedicar tiempo que sea para ti y para tu bienestar, aunque sean 15 minutos al día.

Así que, ¡¡manos a la obra y a observarse y empezar un gran cambio para estar y ser felices!!

~

Vittoria Verì Doldo ~ Health Coach

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