Coaching, PNL, Inteligencia Emocional,  Pensamientos sueltos

¡Hay cosas que no se negocian!

Estoy en un punto de mi vida en que no pienso negociar lo que de verdad importa.

En el pasado lo he hecho. No se si hice bien o mal, si fue para sobrevivir, por creencias que pude tener, por miedo, por patrones heredados. O simplemente por intentar ser aceptada según en que momento, situación, entorno. O para evitar el rechazo.

Seguro que habrán sido varios los motivos, cambiantes según cómo cambiaba mi vida y yo en ella. Buscar los por qué y los cómo y los cuándo me parece superfluo en este momento.

Ahora ya estoy en otra onda. Y ahora tengo muy claras las cosas que se que no voy a negociar jamás. Y las comparto aquí contigo.

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Mi salud mental, mi paz interior, mi estabilidad emocional.

Mi dignidad.

Mi capacidad de amar y mi capacidad de dar a los demás, tal y como siente mi corazón. Sin esperar un retorno, sin necesitar aprobación ni aceptación.

El amor hacia misma.

Creer en mi.

La aceptación de mi, de mis errores, de mis limites así como de mis aciertos y de mis capacidades, siendo objetiva y justa con mi persona.

Ser yo misma. En todo momento. Cueste lo que cueste.

Los mimos, los abrazos, los besos.

Las risas. ¡Aix, si, las risas! A carcajadas, cuando te ries tanto que te salen las lagrimas y te duele la barriga y casi no puedes respirar.

El tiempo que quiero dedicar a mi familia. Mis raíces y mis alas. Sin ella no sería la persona que soy.

L@s amig@s. Ese cariño tan profundo y tan sanador que tiene la amistad, aquella amistad verdadera, sana, pura. Ese vinculo tan preciado y tan valioso que siempre estará.

Mi sanación.

Dedicar tiempo a lo que me llena de vida.

Alejar de mi existencia las personas que me restan energía, que no me valoran ni me quieren, que intentan hacerme de menos, que descargan sus frustraciones, problemas, complejos en mi.

Mi determinación.

La honestidad.

La claridad.

La bondad.

La lealdad.

El respecto hacia mi misma.

El respecto hacia los demás.

La responsabilidad de mis actos, de mis palabras, de mis pensamientos.

El saber decir que no y el saber decir: ¡basta! Hasta aquí hemos llegado.

Mi amor propio.

Mi timidez y mi fragilidad, partes importantes de mi que quiero cuidar con ternura, sin esconderlas ni temerlas como si fueran limites. Son parte de mi fuerza.

El aprecio y el cuidado hacia mi cuerpo, hacia mi aspecto, hacia mi salud, tenga la edad que tenga.

El dedicarme, cada día, tiempo. Y el recordarme cada día mínimo 3 cosas que he hecho bien y para las cuales estoy orgullosa de mi.

El deporte.

Viajar.

La aventura. Descubrir cosas nuevas, salir de mi zona de confort, confiando absoluta e irrefutablemente en la vida.

Escuchar música a todo volumen. Y cantar y bailar como si no hubiera un mañana.

Estudiar, aprender, crecer para dar más y mejor.

Superar los miedos, los bloqueos, desafiarme cada día.

Dejar en el pasado lo que es pues ‘pasado’, finito, terminado, concluido y avanzar.

Descubrirme, abrirme más al mundo, dejarme conocer.

Estar sola. Proteger mi espacio vital y cuidar de el, como sea.

Amar la vida y reaccionar de la mejor manera en los momentos oscuros, aceptando las circunstancias y haciendo todo lo posible para encontrar nuevos equilibrios. Siempre hay luz al final del túnel.

Estar siempre y eternamente agradecida a la Vida y al Universo.

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Y dime, ¿Qué es lo que a partir de ahora no piensas negociar en tu vida?

Me encantará leerte…

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Vittoria Verì Doldo ~ Health Coach

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