Coaching, PNL, Inteligencia Emocional

La culpa es un sentimiento inútil y te explico porque…

Hoy te hablo de la culpa y te lo explico en este video (si prefieres leerme, abajo te lo voy escribiendo todo ;-)):

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Pues la culpa es uno de nuestros jueces más despiadados y, es un sentimiento inútil, te lo digo tal cual.
Es inútil porque, en lugar de hacernos reaccionar, ¡nos hunde!
Porque es un sentimiento que no viene solo, sino que se acompaña de muchos otros como: tristeza, miedo, frustración, preocupación, angustia, rabia, vergüenza, arrepentimiento, remordimiento, decepción, impotencia, baja autoestima, desconfianza y un largo etcétera.
¿Qué puede causar el sentimiento de culpa en nosotr@s?
Pues, generalmente las causas se deben a acciones, omisiones o bien pensamientos y sentimientos presentes o pasados o hasta futuros.
Es decir, hoy he hecho o bien he evitado hacer algo y me siento culpable; o me he quedado enganchado o enganchada a algo que hice o no hice o pensé en el pasado, y no paro te darle vueltas y sentirme mal por ello.
O bien, pienso una y otra vez en algo que haré o no haré dentro de ‘X’ tiempo y me siento culpable.
Otro causante puede ser simplemente una idea que tenemos en nuestra mente y que es únicamente nuestra y nos causa un sentimiento de culpabilidad.
Lo fuerte también es que podemos sentirnos culpables por algo que pensamos sin que siquiera haya una acción u omisión consecuentes. Es decir, es algo que maduramos dentro de nosotros sin repercusiones fuera de nosotros o nosotras.
Resumiendo, podemos decir que la culpa es el resultado de actos, omisiones, pensamientos, sentimientos que chocan poderosamente con el sistema de valores o la ética personales y/o familiares, así como con reglas o normas sociales, religiosas, legales, políticas, o de un grupo de pertenencia.

La culpa se acompaña de un juicio moral que dicta el mal comportamiento y determina que hemos cometido un error y que hay que aplicar un castigo.

Es un sentimiento tan poderoso que afecta nuestras decisiones, nuestras relaciones, las experiencias que vivimos, así como nuestra forma de pensar y hasta de sentir. Nos causa rumiación, esos pensamientos repetitivos e improductivos que nos agotan física, mental y emocionalmente.
Además, piensa que la culpa ha sido una herramienta utilizada históricamente para debilitar al otro y tenerlo bajo control en todos los ámbitos: familiares, sociales, profesionales, personales, políticos.
No siempre somos conscientes de sentir culpa y cuando esto pasa, la culpa es aún más peligrosa, porque la arrastramos sin darnos cuenta y condiciona nuestra forma de pensar, sentir, vivir e interpretar la vida.
No es lo mismo intentar reparar una situación que hemos podido causar porque hemos comprendido que no ha sido la correcta, que por lo contrario, actuar o dejar de hacerlo por sentirnos culpables.  Porque en este ultimo caso, intentaremos buscar hacer o no hacer algo para aplicarnos un castigo.
Y esto no significa que hemos aprendido la lección, sino más bien que la culpa nos impone pagar por ello y tener que sufrir sin fecha de fin.
Sigmund Freud consideraba la culpa inconsciente como “el obstáculo más poderoso de todos los que se tienen para llegar a la recuperación”.
Podemos deducir, pues, que si no nos liberamos de la culpa, difícilmente podremos solucionar lo que nos mueve interiormente y sus consecuencias, dentro y fuera de nosotr@s.

¿Cómo gestionar pues este sentimiento tan limitante?

 

Te explico un sistema sencillo que se llama la regla de las 4 R y que puede dar un cambio radical a como te sientes.

1)     RECONOCER – Lo primero, siempre, es reconocer cómo nos sentimos y los hechos (sean pensamientos, acciones y omisiones). Es fundamental para tomar conciencia de la situación y de cómo nos afecta. Esto nos ayudará también a redimensionar los hechos y no seguir castigándonos al infinito.

2)    RESPONSABILIZARSE – Es decir asumir la responsabilidad en la medida que nos toca. Hay una tendencia bastante marcada, cuando nos sentimos culpables, en asumir responsabilidades que no son nuestras en el intento de ‘reparar’ el daño causado. Lo cual nos hace actuar de una forma no conforme a la situación ni a las necesidades nuestras y de las otras partes involucradas y, para añadir más problemas, nos aleja de la solución. La responsabilidad objetiva te hace consciente y te ayuda a ver las cosas desde una perspectiva coherente y constructiva. Sin estos dos primeros pasos, será muy complicado avanzar.

3)   RECONCILIARSE – Una vez reconozcas los hechos y asumas la responsabilidad que te pertenece, podrás trabajar la reconciliación contigo mism@ y, luego, con quienes estén involucrados en el proceso. Recuerda que es imprescindible reconciliarte contigo y perdonarte. La otra u otras personas, pueden decidir perdonarte o no hacerlo y está en su derecho. Tu equilibrio no puede depender de ello. Además, tanto si recibes el perdón del otro como si no, al no perdonarte tu mismo o tu misma y reconciliarte contigo, seguirás en el mismo punto y no podrás avanzar.

4)   RESOLVER – Una vez te perdones y/o te reconcilies contigo mism@, abrirás camino para la resolución. Finalmente podrás depurarte de los sentimientos dañinos, bloqueos, limitaciones y falsas creencias, y trabajar para volver a un punto de equilibrio, aprender de lo ocurrido y cambiar lo que necesites para no repetir las mismas vivencias, si no te benefician.

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2 Comentarios

  • Raul Fernando Torres

    Es muuuuy difícil de erradicar pero no imposible. Tuvimos que hacer un gran trabajo de a 2 con mi mujer para extirpar esa célula cancerígena de la relación, pero vivir sin ella realmente vale el esfuerzo. Mil gracias por compartirlo Vittoria!! Te leo…

    • Sanate.info

      Muy buenas Raúl, toda la razón…
      No hay persona que quede inmune del sentimiento de culpa y si…puede ser ese algo que te va devorando por dentro sin que te des cuenta. Es bastante difícil erradicarla, totalmente cierto, sobre todo cuando no somos conscientes de ello. Parece que hemos llegado a este mundo ya bien cargadit@s de culpa, como ‘por defecto’, ‘por si acaso’. Y nuestro entorno tampoco ayuda, demasiadas cosas y personas mueven la culpa constante e intencionadamente.
      Y cuando tenemos cosas tan integradas, todo en nosotros funciona de forma condicionada y no podemos ser quienes somos ni cumplir plenamente con nuestra misión de vida.
      Pero se puede resolver, si!!
      Gracias como siempre por tus valiosas aportaciones y por compartir. Un abrazo grande :-)!!

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