Coaching, PNL, Inteligencia Emocional

¿Qué es la depresión y como se cura?

Indudablemente es un enfermedad y puede ser de distintos niveles de gravedad.

En psicología se distinguen los siguientes:

Ciclotimia

Manifestaciones temporales, imprevisibles y leves de cambios de estado de ánimo (de la euforia a la tristeza), durante varios días y sin motivo aparente.

Trastorno Bipolar

Se presentan episodios depresivos graves alternados por episodios de exaltación con hiperactividad, insomnio, aceleración del pensamiento, irritabilidad, descontrol generalizado.

Trastorno afectivo estacional

Aparece de forma cíclica coincidiendo con los cambios de estación, sobre todo en otoño e invierno. Se manifiesta con síntomas depresivos, fatiga, somnolencia, necesidad de ingerir hidratos de carbono, sensibilidad a los cambios lumínicos.

Depresión atípica

Marcada ansiedad y síntomas depresivos que se definen como ‘invertidos’, con aumento del apetito e hipersomnia.

Trastorno ansioso depresivo

Estados de ansiedad junto a depresión de carácter moderado.

Distimia

Se caracteriza por generar un estado crónico de inestabilidad, fuerte ansiedad, cambios continuos del estado de ánimo, desesperanza y ausencia de autoestima.

Trastorno depresivo mayor

Es el estado que concentra la mayor parte de los síntomas: total apatía con posible inhibición psicomotriz, melancolía, trastornos delirantes por sentimiento de culpa y de ira, manías suicidas.

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La depresión implica un estado de profunda tristeza interior. Puede llegar a cualquier edad y psico-emocionalmente se relaciona con un sentimiento de perdida (de un ser querido, de un trabajo, perdida de cariño, perdida de atención, perdida de espacio, de una casa, de bienes etc.). El sentimiento de perdida genera también un conflicto importante entre la realidad actual y la realidad que se querría vivir pero que no puede ser.

La depresión se alimenta de culpabilidad e ira que pueden llegar a ser profundas. En estados de depresión psicótica, a nivel psico-emocional, existe un conflicto no resuelto con un progenitor (generalmente con la madre, pero puede ser con el padre también). Esto explica como, muy a menudo, la persona deprimida transfiere esos sentimientos reprimidos y el conflicto no resuelto hacia su pareja, por el principio que hecho se define en termino terapéuticos de la transferencia. Lo que el deprimido hace sentir a su pareja es lo que hubiera querido que sintiese su progenitor, pero se tuvo que contener. La persona que sufre depresión, sobre todo en estados graves, rechaza la ayuda y por lo tanto se hunde aún más en la ira y en el rencor.

Cuanto más se necesita sentirse queridos, escuchados y aceptados, más se rechaza el amor, el dialogo y la compañía. Se actúa de forma contraria a la que se nesecita, como en todos los estados neuróticos.

Una neurosis es el medio distorsionado gracias al cual nuestra mente nos enfrenta a lo qué más tememos para que podamos sanarlo y sanarnos. Es la voz interna que grita y que nos enfrenta a nosotros mismos para que dejemos de oponernos a lo que tenemos dentro, a nuestra realidad y reaccionemos para recuperar el equilibrio interno.

La depresión es una acumulación de emociones inhibidas que causan un conflicto entre mente y cuerpo y que está conectada con un suceso señalado de la vida. Tanta acumulación ahoga, por lo tanto la única vía de escape es intentar huir de ellas.

La depresión es vivir en el pasado sin ninguna consideración y casi percepción del presente ni mucho menos del futuro.

Se genera un trastorno entre los ideales y la vida real, entre lo que uno es y lo que quieres ser. Es un desequilibrio interior (que puede tener su origen también en un desequilibrio hormonal y químico) y la persona no es capaz de reconocerse.

El deprimido quiere a toda costa una vida diferente pero no hace nada para cambiarla, hasta que no llegue el momento en que tome la determinación de sanarse. Es bastante difícil ayudar a una persona que sufre depresión porque, como dicho, tendrá tendencia a huir, a aislarse, a rechazar o desmontar cualquier discurso que no esté en línea son su sentirse miserable.

La depresión tiene pues origen en una situación que se vive en el propio territorio (familia, trabajo, espacio vital etc.). El conflicto se puede relacionar con el miedo a perder algo que es parte del territorio (por peleas familiares por ejemplo); por esta razón la reacción digamos neurótica es aislarse del propio entorno construyendo la idea de ser abandonado e incomprendido y sintiéndose culpable y lleno de ira.

Todas estas emociones causan en la persona deprimida, profundos estados de ansiedad y de miedo o hasta pánico, anulando las ganas de vivir y sintiendo una culpa profunda de ser quien es. Incluso pueden generar comportamientos autodestructivos y manías suicidas.

Paradójicamente, el deprimido se aleja de las personas que quiere y necesita y al mismo tiempo adquiere esos comportamientos para llamar constantemente su atención. La depresión se vuelve como una herramienta para manipular el entorno.

¿Qué hacer entonces al quedar atrapados en esta tremenda dinámica?

  • Pedir ayuda y dejarse ayudar.
  • Tomar la determinación interior de curarse y por lo tanto dejar de huir.
  • Darse cuenta de que culparse y culpar a los demás o a la vida no sirve absolutamente de nada, no lleva a ningún puerto sino más bien ahoga de rabia.
  • Hacerse responsables del estado en el que nos hemos hundido, independientemente de las causas legitimas que nos han causado un profundo dolor, ese dolor que se arrastra desde la niñez.
  • Ir a la causa de la ira y del dolor.
  • Aceptar la circunstancias y simplemente reaccionar de una forma distinta a ellas. 
  • Vivir la realidad y el presente y dejar de añorar un ideal que ya no es o que nunca fue o bien que no podrá a volver a ser.
  • Encontrar nuevos estímulos que despierten otra vez el sentirse útiles, responsables, aceptados y, sobre todo amados.

Recuperar el autoestima y recordar cada segundo de la vida de que todos somos seres únicos, que tenemos todo el derecho de ser felices, que no tenemos porque gustarle a todo el mundo y que no es un drama por si perdemos un trabajo, una pareja o una casa. Existe más de una solución para cada cosa que ocurre, aunque no sea o no sean las soluciones que nos gusten. Pero existen. Y esto es lo que cuenta.

La vida es cambios, es un conjunto de momentos buenos y menos buenos. Solo nuestra actitud y proactividad pueden permitirnos vivir todo lo que nos ocurre, a sabiendas que todo lo que nos pasa es lo que necesitamos vivir.

Ojalá  desapareciera en nuestra sociedad la idea que no nos merecemos ser felices y ser amados. 

Solo esto lo cambiaría todo…

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Imágenes: Pixabay.com

Fuentes: Diccionario de las enfermedades emocionales; Psiquiatriapsicologia-dexeus.com

Autora: Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach

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