Dar y recibir, querer y ser querid@s… ¿Por qué cuesta tanto encontrar un equilibrio?
4 julio, 2019
Vivimos con una fuerte carga de estrés nuestro día día, desatendiendo constantemente lo que sentimos y lo que necesitamos, desconectados de nuestro cuerpo.
Esto puede causar que cuando llegue el momento de darnos calma, serenidad, amor, no tengamos las energías adecuadas para ‘recibirlo’. Nuestro estado de animo sigue todavía alterado, hemos alargado la fase de estrés durante demasiado tiempo.
Esforzarnos exageradamente en los distintos acontecimientos de la vida nos hace perder la capacidad de recibir de la vida mismay de los que nos quieren, sin saber ver y aceptar lo que necesitamos de ellos.
Imagen: Google.com
Demasiada acción, constante preocupación de dar, cumplir, complacer, nos deja con una energía insuficiente para que recuperemos el equilibrio entre el dar y el recibir, y degenera en la creencia de que no sabemos amar.
El vacío emocional que se crea en nuestro interior hace que no podamos querer ni ser queridos lo cual, con el tiempo, puede manifestarse en forma de síntomas en nuestro cuerpo y hasta en enfermedades. Los síntomas corresponden a todo lo que no nos decimos, a la falta de información o de capacidad para entender como utilizarla o aplicarla.
Si vivimos en equilibrios extremos, nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones, se verán sometidas a un esfuerzo constante y desproporcionado.
Imagen: National Geographic.com
Recibimos miles de informaciones a la vez del mundo exterior y nuestra parte consciente no puede elaborarlas todas. Allí interviene nuestro inconsciente que las va almacenando. Dichas informaciones nos llegan a través de nuestros sentidos y entran en nuestro cuerpo gracias a los receptores correspondientes de temperatura, humedad, presión etc. Además, hay informaciones que nos llegan como ondas electromagnéticas o través de la ionización, es decir como energías sutiles que no somos capaces de ver e igualmente recibimos. Y necesitamos adaptarnos a ellas.
Nuestro sistema central debe reaccionar muy rápido y procesar todos estos estímulos para garantizar la adaptación, el equilibrio interno, el fluir de la vida.
Si el cuerpo consigue adaptarse a través de cualquier recurso propio (porqué ya conoce la información que recibe o bien porque encuentra el recurso necesario para su absorción y uso), habrá un aprendizaje y la vida seguirá sin problemas. Si el cuerpo no consigue o no tiene capacidad de respuesta inmediata, se puede producir un estado de estrés. Entonces el cuerpo irá repartiendo esta información en porciones entre nuestro cuerpo físico (órganos, sangre, piel etc.), emocional, energético; o bien la guardará y la aislará únicamente en una parte hasta saber qué hacer con ella, siendo la misma demasiado fuerte.
Y es justo cuando el cuerpo no logra llegar a la respuesta o bien se acaban los recursos que le permiten mantener la información en stand by, que perdemos nuestro equilibrio y lo manifestamos con síntomas o enfermedades.
Perder de vista nuestras necesidades por mantener un ritmo de vida caótico, hace que descuidemos completamente lo que sentimos y queremos, que nos enfriemos, nos desconectemos.
Esto amplifica todo lo que nos sucede, lo magnifica en nuestro interior debido a que no nos damos a conocer la información que recibimos.
Un dolor, si es demasiado fuerte para que lo podamos sostener y aceptar será sofocado por la mente, pero no desaparecerá sino que seguirá oculto y vivo en nosotros como en una olla de presión. Y si la demora en liberarlo es muy larga, pues saldrá con más fuerza en algún momento, completamente descontrolado.
Hagamos lo que hagamos, el cuerpo sigue recibiendo, sigue trabajando, sigue almacenando, porque la adaptación debe continuar. Tomar conciencia de lo que nos pasa es vital.
Sin conciencia no hay respuesta; sin respuesta no hay entendimiento; sin entendimiento no hay integración; sin integración no hay adaptación; sin adaptación no hay equilibrio.
Painting: G. D. Haro
Sin saber recibir no podemos dar. Y querer y ser queridos es algo que se produce si sabemos dar y recibir. En este Universo del que somos partículas imprescindibles todos, nada se escapa al equilibrio. Todo y Tod@s vivimos en continua adaptación. Por este motivo es importante decidir, cada uno, los márgenes para encontrar y recuperar nuestro equilibrio y así dejar que el Amor, Esencia de la Vida, Fluya.
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Imagen destacada: Zobel photographe; otras imágenes: Google.com
Mi nombre es Vittoria Verí Doldo, una entrenadora persistente, intuitiva, optimista. La vida me tiene enamorada y compartir me aporta felicidad. Soy Health Coach, experta en el desarrollo personal, espiritual, deportivo y del capital humano en las empresas. El enfoque de mi trabajo y de mis terapias es holístico, ya que considero la persona como un todo.
¿Qué más decir? ¡Mi trabajo es mi pasión!