4 herramientas sencillas para gestionar la ansiedad del día a día
La sociedad, desde que el hombre ha puesto el pie en este mundo, ha utilizado el miedo para tener a las personas bajo control.
Es un hecho y seguirá siendo así.
Lo demuestra, entre otras, lo que las televisiones y los medios de información de cualquier país difunden, magnificando noticias negativas, pintando el mundo como un lugar extremadamente peligroso e inseguro bajo todos los aspectos.
El bombardeo de noticias es tan grande que es imposible dar a basto. No podemos lograrlo.
Y este clima tan gris, tan desolador y, a veces, tan angustiante, nos provoca una casi constante sensación de inestabilidad y ansiedad.
A esto le tenemos que añadir el otro componente nefasto de nuestra sociedad: ¡la idea inducida del dinero, la pasta, the money, la plata!
Sí, porque el dinero es lo más importante que exista. Es más importante que la vida.
Así que la manipulación se mueve en dos direcciones: la del miedo y la de la competencia para conseguir más y más dinero.
La sociedad lleva siglos inculcando en la mente del ser humano el deseo del dinero como algo extremadamente goloso. Por lo tanto, todo el mundo desea ardientemente tener más dinero para adquirir un estatus social; para tener acceso a un circulo de gente o a lugares de supuesto prestigio – V.I.P. -; para comprar cosas, un mogollón de cosas, sean o no necesarias. ¡Pero comprar!
Eres porque tienes. Ese es el lema. Y si no tienes, no eres nadie, no vales nada.
Consecuentemente, los que tienen caen en la codicia más absoluta y, aún teniendo mucho, quieren más.
Y los que no tienen se sienten emarginados o inferiores y aspiran a tener igualmente más para ‘ser alguien’. Y el plan diabólico está magistralmente montado.
Todo el mundo a competir y además de prisa, porque parece que no hay margen para hacer las cosas desde la calma. No, hay que correr, porque sino los demás nos van a quitar lo que es nuestro.
Ahora bien, si juntamos esta ansiedad por el dinero con la visión de un mundo tremendamente malo que nos venden los medios de comunicación, el juego está magistralmente orquestado.
Inevitablemente se consigue ‘separar’ las personas en un marco existencial de desconfianza mutua, sin ni una pizca de altruismo ni ganas de colaborar, compartir, ayudarse.
¿Cómo confiar en que si las cosas te van bien a ti, me irán bien también a mi (lo cual debería ser el motor de cualquier economía, sociedad, grupo, relación etc.)?
Divide y vencerás, este es el otro lema!
En este escenario tan devastador donde aplica únicamente el principio sálvese quien pueda, se ha conseguido otro importante objetivo para manipular las mentes: influir negativamente en la salud humana, tanto mental como física.
Si cada día el mensaje que recibes es que te mueves en un mundo inseguro y enfermo, en el que no hay recursos suficientes para tod@s, donde la comida se altera para sacar más beneficio económico a costa de la salud, y donde solo te salvas si tienes dinero y te apuras para tener más…¿Pues como crees que te vas a sentir?
No paran de sacar nuevos síndromes o trastornos para etiquetar cualquier malestar como una enfermedad. Así nos convencemos que estamos siempre enfermos y que necesitamos un fármaco para curarnos.
Parece que cada vez que nos duele algo, tengamos que etiquetar obsesivamente el malestar con un nombre técnico con tal de calificarnos pues como enferm@s., pensando siempre en lo peor.
Pues a mi personalmente me harta toda esta dinámica y, por suerte, no me la creo.
Es por esto que intento proteger mi mundo de esta batalla en la que, si entrara, estaría tristemente destinada a perder y de muy mala manera.
¿Qué hacer entonces?
¡Protegerte! ¿Cómo?
Aquí unos tips sencillos:
1 – Filtrando la información que te bombardea día y noche.
Muchos pacientes victimas de estrés crónico me comentan que es necesario estar informad@s. Si, me parece bien, pero también existe una calidad en la información. Y dicha calidad hoy en día es muy difícil de encontrar. Hay más cantidad que calidad, por lo tanto estar informados se traduce en escuchar un cumulo de cosas que no aportan, sino que restan. Elige la información que realmente te sirve. El resto solo es ruido, distracción que te desvía de tu camino, cotilleo.
2 – Viviendo el presente.
Lo que más desencadena el ansiedad es añorar el pasado y quedarse con la cabeza girada mirando atrás; y temer el futuro. La incertidumbre es compañera fiel de las dos cosas. Fijate en esto: no tenemos el control de nada, todo puede cambiar de un instante a otro. Más vale vivir el presente y obrar bien. Nuestro presente es el resultado de nuestro pasado y crea las bases de nuestro futuro. Hagámoslo bien aquí y ahora, sin darle tantas vueltas a cosas que fueron o a las cosas aún no son!
3 – Aprendiendo a escucharte.
La origen más potente de los malestares del ser humano es la falta de dialogo interno con si mismo. Es exactamente la origen de la mayoría de los trastornos y enfermedades que acabamos padeciendo (junto obviamente con otros factores y variables). Piénsalo, hoy en día se fomenta el culto de la pastilla para solucionar cualquier cosa. Esto es como tener malas digestiones por alimentarse mal y en lugar de comer mejor y cuidarse, tomar un fármaco para no sentir molestias, dolor, acidez etc.
Y esta actitud es JUSTO la que nuestra sociedad trabaja constantemente para que la implementemos en nuestro día día…
4 – Expresar lo que se siente.
Esto es lo más difícil. Puede costar lo que no está escrito expresar lo que sentimos. Decir claramente lo que nos molesta o lo que nos duele; o por lo contrario lo que nos gusta y deseamos. Decir que no a algo que no nos apetece. Expresar nuestras ideas o, más aún, nuestros sentimientos. Tanta información, miedo, inseguridad consiguen distraernos y alejarnos de nuestros objetivos y de nostr@s mism@s. Y por esto nos bombardean.
Estamos dejando que nos aniquilen como seres pensantes, con sentimientos, para convertirnos en victimas de los miedos y de las pastillas, escondidos detrás de unas pantallas. Las de los teléfonos móviles más que cualquier otra.
Necesitamos aprender a escucharnos, a identificar lo que sentimos en cada momento y actuar desde allí.
No quiero ser catastrofista ni apoyar las teorías conspiratorias más absolutas. No es este el mensaje.
Los que me seguís desde hace un tiempo sabéis que estos son temas que me revientan y que estaría aquí escribiendo durante horas…
Este es simplemente un recordatorio para toda persona que se siente a diario incomoda o fuera de lugar o angustiada en un mundo que no le pertenece, sin saber muy bien el porque. Es una llamada a la unión.
Si te va bien a ti, me irá bien también a mi. Lo contrario es una gran mentira.
El dinero es un elemento importante porque esta sociedad se basa en ello. Pero hay que recordar que no es lo vital ni es lo que nos califica como personas.
La sociedad no la crean unos pocos adinerados.
Las relaciones no funcionan gracias a la aportación de una sola persona, sino de todas las que son parte de ellas. Cada una aporta como sabe, puede y quiere.
Tod@s creamos lo bueno y lo malo en este mundo. Y mantenernos fieles a lo que sentimos, cuidando el dialogo interno con nosotr@s mism@s, es fundamental para abandonar una batalla que no necesitamos luchar.
En la próxima entrega más herramientas para reflexionar…
Tus comentarios serán como siempre más que bienvenidos ;-).
¡Seguimos!
~
Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach
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2 Comentarios
Aldo Manfredi
Hola. Considero excelente lo expuesto. Comparto totalmente. Gracias por darme un poco más de claridad.
Sanate.info
Buenas tardes Aldo, muchísimas gracias por haber tomado el tiempo de leer el articulo y por tu valoración. Me motiva mucho y me anima a seguir compartiendo!! Un abrazo y de nuevo gracias 🙂