¿Coaching personal? Qué es y para qué sirve: algunas reflexiones sencillas

Desde imitar los actos de padres y figuras cercanas hasta recurrir a expertos (coaches, mentores, terapeutas, counsellers etc.), cada uno elegimos tanto modelos de conducta como acompañantes o, en general, personas que nos ayuden a entender quienes somos, a conocernos, a ser nosotros mismos. El curso del tiempo ha cambiado métodos y formas con las que buscar, cada uno, cómo hacer nacer o recuperar estímulos, motivación y/o lograr objetivos.

En una sociedad tan competitiva y que nos genera tanta inseguridad, hemos desarrollado la creencia que solos no somos suficientes, que no valemos tanto como para obtener lo que queremos y sentimos. Actuamos para cumplir, para complacer, para demonstrar que valemos. Pero no nos lo creemos hasta que no sean los demás quienes nos los confirmen.

Estando así las cosas, es muy saludable encontrar herramientas en nosotros para re-descubrir que Sí Valemos e independientemente de lo que opinan los demás. Abandonar la fantasía de querer gustarle a todo el mundo, dejar de perseguir una perfección que nunca ha existido y que la vida nunca nos ha exigido, y conectar con nuestro interior, aprender a valorarnos.

¿Pero cómo puede ayudarnos el coaching a aprender a valorarnos?

Un método ahora afinado, técnico, basado en la comunicación directa, así es como el entrenador/coach entra en juego y da un buen empujón a quien quiera pegar el salto hacia si mismo. Que sea dentro de una empresa donde cuentan las creencias de la manada y el factor defensivo del grupo; que sea frente a un ejecutivo que necesita comprender cómo tomar la mejor decisión para incrementar resultados y gestionar su poder; que sea en un ámbito personal para recuperar la capacidad de reconocer y reconocernos nuestras capacidades; sea cual sea el contexto o bien el ámbito de operatividad, el denominador es común y diría que el objetivo también.

La transformación debe ser mutua,  para el coach/entrenador y para el coachee/cliente, demonstración que la relación está funcionando

«Estoy presente, te escucho activamente, superviso mi persona y dejo a un lado mi mapa mental (mis creencias) para poder acompañarte adonde me dices que necesitas llegar, sin juzgar, sin interpretar, sin criticar, sin aconsejar». ¡Esto es el trabajo de un coach, ¡esto es Coaching!

Todo rueda en el rapport = la relación entre coach y coachee

La relación entre coach y coachee existe en el momento en que el coachee elije un objetivo que siente que necesita alcanzar para mejorar su vida. Establecer el qué, el cómo, el cuándo dentro de un compromiso mutuo protegido de un pacto de confidencialidad, marca el comienzo del proceso. Resumiendo:

1.  Detectar el momento en que se encuentra el cliente es la base para que él vea, reconozca, se responsabilice, acepte y empiece a caminar hacia su objetivo
2. Observar el contexto y las creencias: todos los ‘debería’ que la mente repite una y otra vez y que acaban limitando la acción y/o el cambio
3. Evaluar una forma distinta de actuar y reaccionar para ‘ver’ cómo prefiere sentirse en una situación determinada ya vivida o bien en la nueva que espera vivir
4. Proyectarse en lo deseado: todos los ‘me gustaría’ que la mente desea pero que no acaba de hacer realidad por limites inventados o bien reales y que se creen imposibles de superar
5. Impulsar el cambio de pensamiento frente a la situación deseada (el objeto de la actividad hipotética o de una visualización creativa que se haya generado durante el proceso)
6. Dirigirse hacia la realidad: dar espacio a la determinación ‘quiero, aquí y ahora’
7. Acompañar en la identificación de las emociones, situaciones, actos, que provocan pensar de hacer realidad el futuro deseado.
8. Sostener, hacerse responsable, tomar la determinación y actuar

Esto es el trabajo entre coach y coachee.

Mapa cultural y mapa familiar: creencias que matan la esencia

Filtramos todo lo que nos rodea. Absorbemos el 100% pero nos permitimos vivir solo una pequeña parte. El resto se sofoca, se aparta, se olvida, se rechaza. Mezcla, conflicto y desorientación. ¿Y yo dónde estoy? Será la pregunta que el coachee se hará tras tomar conciencia de que no es lo que se le ha contado que es, lo que se le impone que sea, lo que se le exige que haga. Esta creencia se convierte en vivencia que, a su vez, se convierte en nuestra realidad y que deriva de los esquemas pre construidos.  << Leo lo que quiero leer, veo lo que quiero ver, pienso lo que me hace sentir cómodo pensar. ¿Y yo dónde estoy? >>

Lo primero que hará pues el coach será seguir la lógica de pensamiento del cliente para llegar a entender la lógica de sus emociones y, de ahí, determinar el o los canales de comunicación que hagan que reciba el mensaje para permitirse el cambio, adaptándose a sus sentidos.

Acompañará el coachee a transformar las generalidades en algo concreto: ‘todos dicen’, ‘así se hace’, ‘es un sentimiento común’, ‘le pasa a todo el mundo’ en ‘yo siento’, ‘yo quiero’, ‘a mi me pasa’ etc.

El coach medirá también los niveles neurológicos del coachee de forma respetuosa dirigiendo el cambio en la formulación de las frases. De negativo a positivo. Tan sencillo como sustituir un ‘si, pero’ con un ‘si, y’ : (ej. en lugar de: hoy hace sol pero mañana lloverá, decir: hoy hace sol Y mañana lloverá. Pequeños detalles como éste a la hora tanto de pensar como de expresarse generan estados emocionales diferentes, más positivos y, por ende, se convierten en el motor para ver las cosas de una manera más constructiva moviendo a la acción. Así se va generando el cambio de conducta, de una forma natural. Pensamientos nuevos generarán emociones nuevas.

Seguimiento y evaluación de los resultados serán los últimos steps del proceso de coaching, un recorrido increíblemente ilusionante para ambas partes, coach y coachee.

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© Autora: Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach