Coaching, PNL, Inteligencia Emocional

Estrés: ¿cuándo es crónico y cómo gestionarlo para curarte? [Parte II]

El estrés es un estado interno que puede ser desde molesto y agobiante hasta angustiante. Es generado por cualquier experiencia emocional que causa cambios a nivel psicológico, bioquímico, fisiológico y conductual.

En el articulo anterior analizamos las características del estrés y nuestra respuesta fisiológica a ello.

Hoy nos centramos en el estrés crónico, es decir, aquel estado que se prolonga en el tiempo y causa un elevado de agotamiento con consecuencias importantes en nuestro estado de salud.

Que es el estrés crónico

Hablamos de estrés crónico cuando el estresor (o lo que percibimos como tal) queda presente en nuestra mente al punto de percibirlo como permanente e inmodificable en el tiempo.

Un ejemplo bastante frecuente de estés crónico se produce en el ámbito laboral. Un/a jefe/jefa con una actitud dictatorial, agresiva, que no valora tu trabajo y se dirige a ti de forma despectiva, que da indicaciones contradictorias y te hace responsable de no entender las cosas correctamente etc..

El solo hecho de pensar que tienes que lidiar cada día con esta situación que, además, te causa un fuerte estado de ansiedad y angustia, puede hacerte caer en un estado de estrés que, con el paso de los días y los meses, se hace crónico. Porque no ves una solución ni a corto ni a medio ni a largo plazo. Piensas que, hagas lo que hagas, esta persona no va a cambiar y te sientes ahogada/o y con un nivel de frustración, temor y ansiedad muy elevados que no te abandonan cuando sales del trabajo.

Una característica del estrés crónico es que la persona que lo padece no es consciente, porque asume esas vivencias como parte de su día día, asume que la situación es la que es y que así va a permanecer. Por lo tanto, la integra a su día día, pese a sufrir cada vez más por ella.

Que causa el estrés crónico

Las consecuencias del estrés crónico son múltiples y las más comunes son:

  • agotamiento físico, mental y emocional: nos sentimos sin energía, con muy poca capacidad de concentración, deprimid@s y con un nivel de ansiedad patológica;
  • despersonalización: perdemos de vista nuestras necesidades y nuestras prioridades, intentando adaptarnos a la situación externa como sea, actuando de una forma que ni siquiera responde a nuestra forma de ser y de hacer;
  • indefensión aprendida: se trata de la condición de inhibición en la cual se cae al encontrarnos ante situaciones hostiles o dolorosas y frente a las cuales nuestras acciones para evitarlo no dan resultados. Esto desencadena un estado de pasividad y sumisión que, con el tiempo, nos impide por completo actuar de una forma distinta y funcional;
  • baja o cero autoestima: los efectos negativos causado por la persistencia del factor estresor afectan la autoestima personal en un nivel creciente, tanto a nivel cognitivo y conductual como a nivel fisiológico y, además, frustran nuestras expectativas personales y profesionales;
  • síntomas y trastornos físicos: podemos desarrollar distintos síntomas y trastornos al prolongarse el estado de estrés, como: problemas digestivos, dolores de cabeza, caída del cabello, insomnio, hipervigilancia, disfunciones sexuales, perdida o incremento de peso, problemas tiroideos, dolores articulares y un largo etcétera.

Cómo tratar el estrés crónico

La causa del estrés en general está en el desajuste que se crea entre demandas y su manejabilidad para afrontarlas, es decir en la interacción ‘persona versus situación’.

El nivel de estrés se determina no solo por factores externos, sino también por factores internos como es nuestra forma de interpretar y elaborar la situación. Tanto unos como otros pueden escaparse a nuestro control y esto genera/incrementa los efectos del factor estresor en nostr@s.

Podemos tratar el estrés crónico de dos formas principales: evitando el estresor o bien cambiándolo para que la situación se vuelva a nuestro favor; o bien cambiando nuestra forma de interpretarlo, vivirlo, abordarlo. Si una o todas estas soluciones no son aplicables o no lo son a corto plazo o bien no nos permiten recuperar nuestro estado de equilibrio, pues todo se hace más complicado.

Volviendo al ejemplo del jefe dictador de antes, pues podemos eliminar el estrés que supone para nosotr@s dejando el trabajo, pero no siempre podemos proceder de esta forma o no podemos hacerlo en tiempos breves.

La evitación de la situación, en cualquier caso, no impide que en otro contexto y con otra persona revivamos exactamente lo mismo, en el presente o en el futuro.

Lo ideal es entender:

  1. qué es exactamente lo que nos causa estrés, cuál es su origen dentro de nosotros;
  2. qué creencias limitantes nos impiden actuar para encontrar una solución que sea ideal para nostr@s;
  3. qué herramientas prácticas tenemos o podemos encontrar para solventar la situación concreta (u otras parecidas en las que podamos encontrarnos en el futuro);
  4. cómo modificar la forma en que nos tomamos lo que nos ocurre.

Se trata de 4 puntos fundamentales que, si no los logramos identificar por nuestra cuenta, podemos identificarlos con la ayuda de un profesional/terapeuta que nos acompañe en el proceso y nos ayude a encontrar las herramientas en nosotr@s. De esta manera, seremos capaces de utilizarlas en el presente y en el futuro y desarrollar muchas más, según la necesidad o las circunstancias.

Se trata de aprender a conocerse y a sacar lo mejor de nosotr@s para aprender y para evolucionar. Nada más.

No hay situación a la que no podamos enfrentarnos usando nuestros propios recursos.

Demasiado a menudo olvidamos o no utilizamos nuestras capacidades para ello. Y esto se hace más difícil en situaciones tan estresantes en las que nos hemos perdido y que nos están anulando como personas, completamente.

Además, hay muchas herramientas externas que pueden ser saludables para ayudarnos a salir de una condición de estrés crónico y que se añaden a las anteriormente descritas. Practicar deporte, yoga, meditación y mindfulness; aprender a respirar de forma consciente; escuchar música, dedicarnos tiempo de calidad sol@s y con nuestros seres queridos; comer de forma saludable y muchas más.

Básicamente, cuidarnos y encontrar todas las formas para hacerlo y para estar bien, con nosotr@s mism@s y con lo que nos ocurre.

~

Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach

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