Pizza insólita con harina de quínoa y puré de patata

Ingredientes para 1 pizza:

200 gr harina de quínoa
1 patata hervida
150 ml de agua tibia
aceite de oliva virgen extra
200 ml de tomate fresco triturado;
tomates cherry (opcional)
albahaca fresca ( o, si lo prefieres, orégano)
aceitunas verdes o negras (opcional)
queso mozzarella (o queso vegano)
sal
media cucharada de extracto de levadura madre bio (o bien de levadura de cerveza bio)

Procedimiento:

En un bol poner la harina de quínoa, hacer un agujero en el centro, verter al agua tibia y la levadura. Añadir 3 o 4 cucharadas de aceite, la patada hervida aplastada previamente, la sal, y empezar a trabajar la masa con delicadez hasta que sea homogénea. Cualquier masa de pizza no debe trabajarse durante demasiado tiempo. Lo importante es amalgamar bien los ingredientes y generar una mas que se mantenga ligera y algo pegajosa. Nota: Considerar que la patata hervida le dará suavidad y la mantendrá así aunque, una vez cocida, se ponga en la nevera y se vuelva a calentar.

Cubrir la masa con la película transparente y dejar reposar en la nevera durante toda la noche.

Al día siguiente, quitar de la nevera y dejar reposar una par de horas a temperatura ambiente.

Precalentar el horno a 220º. Ahora si puedes trabajar la masa unos minutos y luego ponerla directamente en el molde del horno para ir extendiéndola y dándole la típica forma circular de la pizza. Si el molde es antiadherente no haría falta añadir aceite, pero si en cualquier caso se prefiere añadirlo, hará que la masa resulta más esponjosa una vez cocida. Poner el tomate fresco triturado por encima, espolvorear con el orégano y/o la albaca, añadir las aceitunas enteras o bien cortadas si hueso y poner en el horno.

Dejar cocer durante 35 minutos y, cuando la masa se habrá empezado a dorar, quitar la pizza del horno, añadir el queso mozzarella, los tomates cherry cortados o enteros, y volver a ponerla en el horno durante máximo 10 minutos, justo el tiempo para que el queso se funda y se absorba su agua.