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¿Sabes cuanto te afecta la negatividad? [Parte I]

Los pensamientos, aún cuando son inconscientes, afectan de forma significativa nuestra salud mental, física, emocional y espiritual. Según diversos estudios, a lo largo del día una persona puede crear aproximadamente 60 mil pensamientos. El 95% de ellos surgen de forma automática pero, sorprendentemente, el 80 % son negativos

Las razones por las cuales se generan pensamientos negativos son diversas y dependen de nuestra cultura, de nuestros valores, de nuestra creencias, de nuestros patrones, de nuestro entorno, de prejuicios y estereotipos sociales.

Y obviamente de las experiencias que hemos vivido.

Traumas, vivencias desagradables, situaciones difíciles, perdidas, fracasos, problemas de salud, generan sufrimiento y emociones que, en consecuencias, son dolorosas.

Esto causa que la mente genere patrones de pensamientos negativos ligados a esos sucesos.

Que esto ocurra es normal, pero lo que es imprescindible hacer para preservar nuestra salud es:

  • dejar de quedarnos anclad@s a los sucesos del pasado (que, en este caso, son dolorosos y han dejado secuelas en nuestro interior) y sanarlos;
  • buscar herramientas para contrarrestar estos pensamientos y las emociones relacionadas con ellos para crear nuevos patrones de pensamientos positivos.

Si no lo hacemos, la afectación será tan grande que la arrastraremos durante mucho tiempo o toda la vida, causando un constante autosabotaje frente a cualquier situación en la que podamos encontrarnos.

Si esta influencia negativa se repite de forma más o menos constante en nuestro día a día, como se trata de patrones automáticos, con el tiempo será aún más difícil identificarlos para cambiarlos.

Cada pensamiento libera neurotransmisores y neurohormonas en nuestro cerebro, según lo que estamos experimentando. La experimentación se puede producir a nivel únicamente mental (solo pienso en algo, sin que haya acción ni se produzca ningún suceso); o bien traducirse en una acción directa o indirecta, propia o ajena.

La negatividad, el pesimismo, el alarmismo o el pensamiento catastrófico, ocasionan problemas que van desde bloqueos emocionales y cognitivos hasta depresión u otras enfermedades mentales y físicas.

No olvidemos que todo afecta el cuerpo, tanto lo bueno como lo malo. Es como una esponja que absorbe lo que sentimos y ejecuta sus procesos según los inputs que recibe.

Emociones y pensamientos se retroalimentan mutuamente y determinan la manera en la que actuamos o dejamos de hacerlo.

El cuerpo, a su vez, se ve afectado a la hora de hacer su trabajo en toda y cada una de nuestras células y fibras internas. Hasta nuestro lenguaje no verbal se verá afectado claramente.

El sesgo de la negatividad

En la actualidad, se ha generado una atracción insana  hacia todo tipo de noticia o suceso negativo. Todo empieza por una curiosidad morbosa por conocer acontecimientos nefastos o ver imágenes devastadoras, pero luego se convierte en un sesgo negativo que ya no somos capaces de controlar y que nos afecta poderosamente, sin que nos demos cuenta.

Robert Waldinger, psiquiatra de Harvard, explica que el sesgo de la negatividad ha causado que, hoy en día, muchas personas creen que hay más crueldad en el mundo hoy en día. Pero esto no es cierto; de hecho, hubo mucha más crueldad en los siglos pasados que ahora.

Ahora hay una conciencia completamente distinta, aunque la crueldad sigue siendo parte de la naturaleza humana.

[…]»Esta percepción errónea se debe al sesgo de negatividad, una tendencia psicológica que nos hace enfocarnos más en lo negativo que en lo positivo. El sesgo de negatividad se manifiesta de varias maneras:

  • Atención: Las personas detectan y se concentran más rápidamente en estímulos negativos, como amenazas o críticas.
  • Memoria: Los eventos negativos se recuerdan con más claridad y detalle que los positivos, lo que influye en la percepción a largo plazo.
  • Impacto emocional: Las experiencias negativas generan respuestas emocionales más intensas y duraderas que las positivas.
  • Toma de decisiones: Este sesgo puede llevar a evaluar riesgos y beneficios de manera más pesimista o cautelosa.[1]

El coste emocional de la negatividad, del pesimismo, de lo que nos causa miedo, terror, angustia es mucho más alto que el de la positividad. Es por esto que nos quedamos más enganchad@s a lo negativo y solemos recordarlo durante mucho más tiempo y con más intensidad.

¿Cómo remplazar el sesgo de la negatividad con la positividad?

Hay muchas maneras y herramientas. La semana que viene abordaré unas, generales, que suelen funcionar para casi todo el mundo y son muy eficaces. Así que, queda atent@ la semana que viene.

To be continued…

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[Extracto del articulo «Cómo afecta el sesgo de negatividad en tu vida, según innovador estudio de Harvard» – Web:Ambito.com]

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Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach

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